El Renault Clio RS EDC estará a la venta a partir del 22 de marzo desde 24.100 euros. En esta cuarta generación, el utilitario deportivo francés presenta interesantes novedades, aunque mantiene la cifra de potencia en la barrera de los 200 'jacos'. Pero la forma que tienen de trabajar estos dos centenares de caballos en el día a día y en circuito es bien distinta: el mal carácter que poseía se ha sustituido por eficacia y suavidad.

Sus dimensiones contenidas (con 4,06 metros de largo y una batalla de 2,58 metros) hacen que, en vivo, parezca más pequeño. Gana muchos enteros con las opciones que monta la unidad amarilla de la galería de fotos que ilustra esta prueba respecto al 'básico' granate de la misma. A pesar de los parachoques específicos, el difusor trasero con doble salida de escape simétrica que 'pega' el eje trasero a alta velocidad y las llantas multirradio de 17 pulgadas, no transmite la sensación de 'culo gordo' como el anterior. La carrocería de cinco puertas tampoco ayuda y rompe un poco la estética deportiva del coche; a cambio, se tiene una funcionalidad hasta ahora no disponible en el RS medio de la gama (por debajo está el Twingo y, por encima, el Mégane), con un mejorado acceso a las angostas plazas traseras.

Los frenos, que cumplen de sobra, proceden del Laguna V6, con discos ventilados delanteros de 320 milímetros de diámetro

El bloque motor, por su parte, pasa de los dos litros a los 1.6 actuales con inyección directa y se incorpora un turbo de baja inercia; esta mecánica es idéntica a la que ya anima al Nissan Juke Nismo si bien, respecto a éste, el RS monta un inédito cambio automático de doble embrague de seis relaciones bautizado como EDC (Efficent Dual Clutch), con unas accesibles levas tras el volante. Es, sin duda, un punto a su favor, puesto que es rápida y su manejo con las levas, sensacional.

Con todo lo anterior más la suspensión especial de este modelo y un peso 70 kilogramos inferior, se entiende que el Clio RS EDC logre un consumo un 25% inferior (6,3 litros de media frente a los 8,3 del antecesor) y se doctore con sus prestaciones levemente superiores: la punta es de 230 kilómetros/hora (siete más), el 0 a 100 se fija en 6,7 segundos (0,2 segundos menos) y, el 0 a 100, en 27,1 (27,5). Hasta aquí la teoría.

Al arrancarlo tras presionar el botón Start, al habitáculo llegan pocas vibraciones y apenas se aprecia el sonido del escape, algo que echamos en falta como bien sucedía antaño. Colocada la posición directa del cambio en su modo automático, iniciamos la marcha por los alrededores de Granada. Por ciudad y sin practicar una conducción decidida, circulamos de forma tranquila; el imperceptible salto entre marchas y la suspensión, que no castiga la espalda, nos reconforta. Además, los asientos específicos son muy cómodos y las 'orejas' que tienen no aprietan el cuerpo en exceso; es de imaginar que más adelante se ofrecerán unos tipo bacquets más radicales, como ocurría hasta el momento (y de los que era algo complejo entrar y salir para no clavarse los refuerzos laterales).

En las detenciones en los semáforos, aprovechamos y observamos los diversos remates en color rojo que hay repartidos por el interior, como las costuras del volante, las agujas de la instrumentación o los cinturones de seguridad. Unas buenas notas visuales donde las haya.

El depósito de combustible es de 45 litros y el maletero cubica 300 litros

Ya en las carreteras secundarias, disfrutamos del par que entrega, disponible desde 1.750 vueltas. Los 240 Newton/metro empujan de inmediato ante la mínima caricia al pedal del acelerador. Por los escapes, ahora sí, se libera la rabia contenida expulsando toda la 'mala leche' con una melodía racing. Y a 6.200 vueltas, cuando corta la inyección, más.

Pero el Clio RS EDC se guarda una as en la manga: ubicada tras la palanca del freno de mano, la tecla RS Drive permite al conductor activar uno de los tres modos que modifican la sonoridad, los tiempos de cambio entre marchas y la respuesta del pedal del acelerador. Con la Normal, se circula de la forma más placentera, ideal para la urbe; con la Sport, el tiempo de cambio se reduce de 200 milisegundos a 170, muy práctico para adelantamientos; el Race, por su parte, es el más efectivo para circuito con sus cambios a 150 milisegundos. Con este último es con el que mejor se aprovecha la eficacia del chasis. Y es que el Clio RS simplemente devora las curvas, aunque no de forma tan placentera como el anterior. Va por donde le decimos, sí, pero ha perdido un poco las formas.

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En los giros más cerrados, cuando damos gas a fondo y el eje delantero tiende a 'salirse' del asfalto, actúa el diferencial electrónico Renault Diff, por lo que se acabó jugar con el volante y el gas para enderezarlo. Con los datos del ESC de las cuatro ruedas, el sistema de inmediado frena la que pierde motricidad para mantener la trayectoria y elimina el subviraje de golpe. Por funcionamiento, es similar al XDS de los VW Polo GTI, Seat Ibiza Cupra y Skoda Fabia RS, sus auténticos objetivos a batir. Es tremendamente efectivo.

El Launch Control permite salidas casi de Gran Premio tras pisar freno, acelerador y mantener las dos levas presionadas

Las delicias de los más 'quemados' la hará el opcional RS Monitor 2.0. Con él, se registran parámetros como el par-potencia, las prestaciones, las curvas de par, un cronómetro o la actuación de la caja de cambios. A través de una unidad de almacenamiento USB, se guardan todas estas informaciones que posteriormente se analizan para mejorar. Un detalle que los responsables de Renault alardean procede de la Fórmula 1.

Al margen de los 24.100 euros que cuesta el Clio RS EDC, están disponibles el citado Chasis Cup (suspensión rebajada tres milímetros, amortiguadores endurecidos un 27% delante y un 20% detrás, pinzas de freno de color rojo y llantas de 18 pulgadas en negro brillante), el paquete multimedia con navegador MediaNav (319 euros; bastante recomendable por su buen funcionamiento), el pack Confort (climatizador, elevalunas traseros eléctricos y retrovisores exteriores abatibles; 279 euros), el Sport (que suma el Chasis Cup y las llantas de 18 pulgadas con el RS Monitor; 678 euros), la pintura metalizada (310 euros) o la espectacular pintura RS amarilla por 1.275 euros.

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