Una berlina firmada por Jaguar nunca fue tan asequible y a la vez tan divertida. Así es el nuevo Jaguar XE, un rival directo de los Audi A4, BMW Serie 3 y Mercedes Clase C sí, pero mucho más que un sucesor del X-Type. De hecho, poco o nada tienen en común este novísimo modelo, en el que Jaguar ha invertido cinco años enteros de desarrollo, con aquel, construido a partir del Ford Mondeo en una época convulsa para la firma británica.

En cambio, no deja de ser curioso que ambos presenten exactamente la misma longitud –4,67 metros– aunque el XE sea bastante más ancho, 1,85 metros y alto, 1,42 metros. Por supuesto, su diseño le distingue perfectamente, pues sigue de forma muy fiel la línea de los últimos XF y XJ aunque añadiendo un enfoque un poco más juvenil. En cualquier caso las características que mejor le definen son su ligereza y las sensaciones al volante que ofrece.

La clave es un chasis totalmente inédito, realizado al 70% de aluminio, con un 30% de acero y componentes reciclados, tales como el RC 5754. Además, los técnicos han implantado en el frontal las piezas más ligeras, desplazando las de acero a la parte trasera para lograr un reparto de masas equitativo, al 50% entre ambos ejes. Con todo y eso, en Jaguar aseguran que la estructura es un 20% más rígida que una convencional y el peso de las unidades menos equipadas es inferior a los 1.500 kilogramos.

Sin duda el peso es importante, pero también las suspensiones lo son y en este apartado el XE presume de un esquema de garantías, con una delantera de tipo paralelogramo deformable y una trasera denominada Integral Link, también independiente. Ambas están dotadas de unos amortiguadores rígidos aunque con buena capacidad de filtrado, se nota enseguida porque el XE pisa con firmeza en carreteras viradas, pero resulta cómodo incluso en las zonas de firme en mal estado y circulando a alta velocidad. En este ambiente valoramos también el tacto directo de una dirección eléctrica que también es novedad en la marca.

La ligereza y rigidez del chasis se traducen en una respuesta ágil y precisa, aunque la trasera tiende a reaccionar.

Así las cosas tenemos un bastidor que genera confianza en cualquier vía y que sobre todo, dota de una gran agilidad al XE en curva. Eso sí, quienes busquen sensaciones fuertes también las encontrarán, pues cuenta con una trasera de las que 'dan juego'. Basta con entrar un poco 'colados' para ver como la zaga se insinúa y lo mismo sucede si abusamos con el gas a la salida de los giros. Es divertido y se nota que es un efecto buscado, pero lo cierto es que no alcanza los niveles de aplomo en curva de algunos de sus rivales.

MÁS EN DETALLE

También el comportamiento del XE es bien distinto en función de la mecánica que elijamos. Nuestra prueba comenzó con uno de los 2.0 Diesel denominados Ingenium, unos propulsores diseñados en Italia y ensamblados en Reino Unido que entregan 163 caballos y 180 caballos, respectivamente. El segundo fue nuestro elegido y no por casualidad, es que no sólo es más potente, también cuesta lo mismo. Es cierto que el 163 CV homologa 3,8 litros a los 100 por los 4,2 del más potente, pero estamos convencidos de que a igualdad de precio interesa el 180 CV porque tampoco es que le sobre potencia, precisamente. Se trata de un propulsor correcto, que acelera bien desde abajo pero de forma progresiva y cuyo único inconveniente es la mayor sonoridad, especialmente comparado con los gasolina. La transmisión automática por convertidor de par y 8 velocidades contribuyó a realzar su suavidad y contener su consumo, aunque de serie se ofrece con una manual de 6 marchas.

Con los nuevos 2.0 i4 de momento fuera de combate, recurrimos al enérgico 3.0 V6 de la versión S para disfrutar de sus 340 caballos. La decisión no pudo ser más acertada, pues aprovechamos bastante más el chasis, confirmando su comportamiento 'juguetón' y descargamos adrenalina con un competidor directo de los Audi S4 o BMW 335i. Sus prestaciones hablan por sí solas: pasa de 0 a 100 en 5,2 segundos y alcanza una punta limitada a 250 por hora.

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De todos modos, no todo es tan positivo en el nuevo XE. Si tuviéramos que buscar su talón de Aquiles éste sería la habitabilidad, pues a pesar de que sus dimensiones son casi calcadas a las de sus rivales, dentro no encontramos el espacio deseado. Por ejemplo, en la zona posterior el espacio para las piernas es demasiado limitado y la plaza central estrecha. En la misma línea, el maletero tiene un volumen de 450 litros, una boca de carga estrecha y formas irregulares.

El pequeño Jaguar suple estas carencias con unos asientos delanteros confortables, un nivel de insonorización elogiable y tecnología, sobre todo tecnología. Entre su equipamiento encontramos sistemas como el reconocedor de señales, el avisador de ángulo muerto, el proyector Head Up Display o el dispositivo de frenado de emergencia en ciudad, que actúa solo por debajo de 40 kilómetros/hora. Además, de serie cuenta con un equipo de audio Meridian de 380 Watios y 10 altavoces que se puede combinar con un sistema de conectividad Wi-Fi capaz de enlazar hasta 8 dispositivos móviles. Pero la función más novedosa es la de control remoto, que permite programar el climatizador, arrancar el motor o bloquear y desbloquear las puertas mediante una app de tu smartphone. El sistema se llama Jaguar InControl también integra una pantalla central de ocho pulgadas.

Los precios del nuevo Jaguar XE son los siguientes:

- Jaguar XE 2.0 D 163 CV 37.000 €
- Jaguar XE 2.0 D 180 CV 37.000 €
- Jaguar XE 2.0 i4 200 CV 39.000 €
- Jaguar XE 2.0 i4 240 CV 44.000 €
- Jaguar XE 3.0 S 340 CV 60.919 €

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