Si hasta la fecha el que se compraba un Skoda Superb Combi lo hacía sobre todo por espacio y por precio, ahora también tiene en la calidad general y la imagen dos buenos argumentos. Los ingenieros de la marca checa además de crear un bonito station wagon, le han sabido sacar el máximo partido a la plataforma MQB del grupo Volkswagen alargando la batalla ocho centímetros respecto al Combi de la generación anterior para obtener un espacio extra en unas plazas traseras que son las más habitables tanto por longitud como por anchura, de cuantas hemos probado.

Tanto es así que sentado atrás e incluso sobrepasando los dos metros de altura, ni tus rodillas ni tu cabeza rozarán en ningún sitio, una sensación tan agradable como desconocida. Gracias a estas cotas interiores, dignas de las versiones alargadas de los Audi A8, BMW Serie 7 o Mercedes Clase S, el Combi puede presumir de ofrecer algo realmente único a sus clientes y todo sin sacrificar su otro punto fuerte, la capacidad.

Los 660 litros de maletero que ofrece este nuevo Superb Combi pueden alcanzar los 1.950 sólo con abatir los respaldos de los asientos traseros, situándolo como el segundo más capaz del mercado sólo por detrás del Mercedes Clase E Estate –695 litros-. Pero no pienses que todo es espacio en el Combi, en carretera también demuestra un comportamiento realmente bueno, especialmente para un vehículo de sus dimensiones.

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Circulando sin carga por zonas reviradas, el tren trasero demuestra gran aplomo y sigue al delantero sin rechistar, demostrando gran aplomo. Cierto es, eso sí, que la versión que probamos contaba con el sistema Dynamic Chassis Control, que permite elegir entre distintos modos de conducción para afinar la respuesta de la dirección, la suspensión y los pedales. Pero sin duda, sorprende la respuesta del conjunto y tan sólo la dirección resultaba algo imprecisa al iniciar los giros, algo que nos requirió cierto periodo de aprendizaje.

En el apartado estrictamente mecánico, de momento podemos elegir entre un único motor de gasolina, el 1.4 TSI de 150 caballos, que se mostró suave y silencioso, aunque algo perezoso por debajo de las 1.500 vueltas. A finales de año, un 2.0 TSI llegará para mejorar el rendimiento de éste aun a costa de consumir algo más.

La opción más acertada para el Combi nos pareció el 2.0 TDI de 150 caballos que, sin ser tan suave como el gasolina, resuelve sin problemas a bajas revoluciones y resulta bastante más eficiente. Por encima de éste, también nos encontramos con la variante de 190 caballos de este mismo bloque que a nuestro juicio, queda relegada a los que busquen mayor rendimiento a plena carga así como a los que quieran combinar este motor con el cambio DSG y la tracción total, pues esta motorización es la única que puede contar con los dos sistemas, muy prácticos por ejemplo, para tirar de un remolque.

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