Los Peugeot 308 GTI, Renault Mégane RS y Honda Civic Type R tienen un nuevo rival ¡y qué rival! Se llama Golf GTI TCR y es la versión de calle del Golf GTI TCR de carreras. El primero tiene 290 caballos y el segundo 350 caballos, uno combina confort y deportividad de la mejor forma posible y, el otro, como buen coche de circuito, es espartano, incómodo y radical. Ambos nos lo han demostrado en el exigente circuito de Portimao, en el Algarve portugués.
El exterior del GTI TCR es prácticamente calcado al del GTI estándar, de ahí que cueste diferenciar uno de otro y viceversa. Para remediarlo, Volkswagen se ha sacado de la manga una decoración específica para el TCR, con unos adhesivos un poco tuneros en las puertas que no terminan de convencernos y el logo TCR en la parte inferior del vehículo, si bien lo verdaderamente inédito recae en la zaga, con un difusor aerodinámico más espectacular y efectivo y un spoiler de grandes dimensiones colocado en la tapa del maletero. Las llantas de 18 pulgadas son exclusivas y adicionalmente puede llevar los espejos retrovisores en efecto fibra de carbono.
Dentro, las diferencias son mínimas y se centran, por un lado, en los asientos, que tienen una tapicería específica de Alcántara y tela y, por otro, en el volante deportivo rematado en cuero. La calidad percibida sigue siendo buena, por materiales y ajustes. Monta el sistema de navegación Discover Media así como el cuadro de mandos digital.
Afrontamos las primeras curvas con este Golf 'hipervitaminado' aún con el recuerdo del M340i, que probamos en estas mismas instalaciones apenas dos meses atrás. Cuando damos gas a fondo se nota que no tiene la pegada ni la tracción del 4Motion del Golf R de 310 caballos, y eso que ambos comparten mecánica, un dos litros turbo de cuatro cilindros. Los neumáticos que calzan los coches del circuito, unos Michelin Pilot Sport Cup 2 montados ex profeso, tiene un fantástico agarre hasta el punto de que pueden llegar a suplir la falta de tracción integral, con un agarre sensacional. Tampoco hay que quitar mérito al diferencial del eje delantero. Las reacciones de la zaga son bastante previsibles, muy neutrales en términos generales. En lo que respecta a la caja de cambios automática DSG, funciona a las mil maravillas y siempre se anticipa a nuestras decisiones.
En los cambios de apoyo se agradece la suspensión de dureza variable, con una posición Sport que reduce sensiblemente las ya de por sí reducidas oscilaciones de la carrocería –la altura se ha reducido cinco milímetros respecto al GTI–. En carretera quizá es preferible activar el programa Normal, puesto que todo se dulcifica.
Los frenos de alto rendimiento trabajan a la perfección hasta cuando se practica una conducción muy deportiva como la que estamos haciendo en Portimão, aunque poco a poco van perdiendo efectividad, por mordida y por tacto ‘gomoso’ del pedal, pero no se puede pedir más.
Ya se aceptan pedidos del Golf GTI TCR, si bien las primeras unidades llegarán a los concesionarios en abril. No se trata de una serie limitada y su permanencia en el catálogo dependerá de la aceptación que tenga entre la clientela. A día de hoy ni el precio ni el equipamiento están cerrados, ya sea de serie u opcional, si bien desde el departamento de comunicación nos comentan que este Golf GTI TCR costará unos 43.000 euros e incluirá cámara de marcha atrás y los frenos perforados de alto rendimiento.
Lamentándolo mucho, no estará disponible el escape Akrapovic ni siquiera como extra, una decisión difícil de entender en un coche tan deportivo como éste.
A favor:
Concepto general; eficacia del chasis, calidad general percibida.
En contra:
Escape Akrapovic no disponible en España. Precio.
