Hace ya 25 años que el primer Renault Clio vio la luz y desde entonces ha hecho historia con algunas de sus variantes deportivas, que son todavía el sueño de muchos aficionados. Ahora llega esta quinta generación con algo menos de personalidad estética dado su enorme parecido con el Mégane, pero con una calidad y un nivel de equipamiento que lo sitúa entre lo mejor de esta concurrida categoría. En cuanto a su diseño, resulta bastante similar al del anterior Clio, y el parecido es más que notable con el Mégane.

Parece que la fórmula alemana de repetir diseños en diferentes formatos se generaliza también en otras marcas y seguramente tendrá una explicación a través de justificados estudios de marketing pero hace que los modelos pierdan personalidad propia.

Nueva plataforma

Este nuevo Renault Clio estrena la plataforma CMF-B que ya está preparada para alojar mecánicas híbridas y que, además, permite rebajar en 50 kilos el peso con respecto al modelo precedente. En cuanto a dimensiones, es 1,2 centímetros más corto, una longitud que se reduce en el voladizo delantero. La anchura, en cambio, aumenta en 6,5 centímetros mientras que la altura se rebaja en uno.

Estas nuevas dimensiones le han permitido mejorar la sensación de amplitud en el interior, sobre todo en achura, y también incrementar su maletero, que tiene ahora 391 litros frente a los 350 del anterior. Los asientos delanteros, que son más largos de banqueta, resultan muy apropiados para viajar y ofrecen una sujeción excelente, a la vez que permiten ganar 2,5 centímetros de espacio para las piernas de los pasajeros de atrás gracias a la estructura más estrecha del respaldo, sin perder comodidad ni seguridad.

Los asientos delanteros y el volante, de dimensiones reducidas y gran tacto, resaltan en el nuevo habitáculo.

Pero el salto más importante en el interior del nuevo Clio está en la sensación de calidad que se ha conseguido en el habitáculo. Ahora todos los materiales que se encuentran alrededor de los ocupantes, es decir, todas las super cies del salpicadero, la consola central a la altura de las rodillas y los paneles de las puertas, están recubiertas de materiales blandos y muy agradables al tacto. La combinación de colores y texturas, junto con pequeñas aplicaciones en cromo o en colores contrastados le dan un aire so sticado y acogedor. El volante es más pequeño que en la anterior generación y tiene un tacto perfecto.

La instrumentación más básica cuenta con una pantalla digital central de siete pulgadas, con los indicadores de temperatura y combustible analógicos situados a los lados. Si queremos el sistema totalmente digital de diez pulgadas habrá que decantarse por los acabados más altos. Lo mismo ocurre con el equipo multimedia ya que la gran pantalla vertical de 9,3 pulgadas es la más so sticada y por debajo existe una de siete pulgadas en formato horizontal, con y sin navegador.

Motores, ya conocidos
En la gama de propulsores se estrena el gasolina tricilíndrico de un litro que ya hemos conocido a principios de año en el Nissan Micra, en variantes atmosférica y con turbo y en los dos casos con cambio de cinco marchas. El menos potente llegará también dentro de unos meses preparado para GLP y el más potente podrá montar el cambio automático de variadro continuo X-tronic. El 1.3 desarrollado con Mercedes es, de momento, la variante más potente y va siempre con la caja de cambios de doble embrague y siete velocidades. La oferta Diesel está encomendada a dos variantes del 1.5, siempre con cambio manual de seis marchas.

La variante híbrida E-Tech no llegará hasta el año que viene y contará con un motor gasolina atmosférico de 1.6 litros, dos motores eléctricos y una batería de 1,2 kWh que le permitirá circular hasta cinco kilómetros en modo eléctrico y alcanzar una velocidad máxima de 80 kilómetros/hora, mientras que en Renault aseguran que en recorridos urbanos esta motorización híbrida podría funcionar hasta un 80% del tiempo en modo eléctrico.
Sensaciones de 'grande'

Hemos podido conducir los motores gasolina de 100 y 130 caballos, el primero en acabado Zen y el segundo en el RS Line, los dos más altos ya que por debajo quedan los Life e Intens. El propulsor TCe 100 será el más vendido de la gama y es realmente agradable, con un buen empuje desde abajo y solo a altas revoluciones se aprecia el sonido de tricilíndrico, en buena medida porque el nuevo Clio está muy bien insonorizado. El cambio de cinco relaciones se queda 'corto' para este motor y se echa en falta una sexta con la que su funcionamiento será más desahogado.
El bloque más potente es otra historia y aunque la sensación de aceleración no es tan apreciable como se espera de 30 caballos de diferencia, sus reacciones ya están en otro nivel y permiten una conducción muy muy ágil, ayudado por el cambio automatico de doble embrague. La única que se le puede poner es que en algunas ocasiones y al arrancar desde parado esta caja es algo brusca al iniciar la marcha.


Las suspensiones firmes y una dirección algo blanda pero bastante directa, con 2,5 vueltas de volante, terminan de redondear las excelentes sensaciones que nos ha transmitido el nuevo Clio. Además su equipamiento es realmente completo con todo lo que ya es habitual y el estreno en este segmento el Highway &Traffic Jam Companion, un asistente que en los atascos nos mantiene en el carril, respeta la velocidad programada y la distancia con el vehículo precedente y detine y arranca el Clio en las paradas, pero solo está disponible con el cambio automático.