Por eso, cada vez hay más alternativas para desplazarse con el mínimo coste por kilómetro posible. En CarandDriver.es hemos decidido probarlas todas a la vez y realizar el mismo trayecto, un recorrido de larga distancia por carreteras de todo tipo y circunstancias de conducción diferentes. El objetivo está claro: sólo puede quedar uno.

El mercado del automóvil ofrece alternativas bien dispares para un fin común, abaratar al máximo el coste por desplazamiento y, de paso, reducir las emisiones de CO2. En esta materia, si hay un modelo popular es el Toyota Prius. Fue el primer híbrido en llegar al mercado –en 1997 se lanzó en Japón– y ahora, en su tercera generación, ha conseguido optimizar sus prestaciones y reducir el consumo notablemente, todo ello sin variar su planteamiento inicial: motor de gasolina + eléctrico. La clave de esta mejora es su nuevo motor térmico 1.8 de ciclo Atkinson que eroga una potencia de 99 caballos y asociado al eléctrico, idéntico al de su antecesor, alcanza los 134 caballos, mientras que el consumo medio de 3,9 l/100km supone una reducción de 0,4 litros. Esto es lo que indican las cifras oficiales, pero el Prius también destaca en la calle por ser una opción cada vez más considerada por los taxistas en España, algo que habla en favor de su fiabilidad y eficiencia.

En cualquier caso, si hacemos alusión al negocio del taxi en nuestro país, la herramienta favorita por estos profesionales continúa siendo el Skoda Octavia. Este sedán, de imagen discreta y alejada de las etiquetas ‘ecológicas’ que otros modelos lucen en su carrocería, dispone de la misma base mecánica que el VW Golf VI y del mismo motor 1.9 TDI inyector-bomba de toda la vida. Ofrece una potencia de 105 caballos y si atendemos a sus cifras de consumo de 4,9 litros a los 100, debe ser un rival a batir por cualquier nuevo modelo de bajo consumo en toda comparativa seria que se precie.

El tercero en discordia es también el último en llegar al mercado. Chevrolet anunció hace unos meses su gama de modelos impulsados por GLP -Gas Licuado del Petróleo-. El gas es otro viejo conocido de nuestros taxistas, normalmente butano o gas natural, y la energía alternativa preferida en países como Italia. Sin embargo, en España todavía encontramos algunas limitaciones importantes. La primera, nada más llamar a la marca. Nuestro objetivo inicial era el Aveo Sedán, pero para este modelo todavía no hay disponible ninguna versión preparada para circular con GLP. Así las cosas, nos conformamos con el de cinco puertas, un urbano económico y manejable que con su motor 1.2 atmosférico realiza consumos más que correctos y ofrece un funcionamiento suave. La versión de GLP añade un coste extra al precio del coche de unos 1.500 euros, pero le permite usar gasolina o gas indistintamente, gracias a que combina dos depósitos –uno para cada combustible–. Entre ambos, la autonomía oficial asciende a 1.250 kilómetros. Sin duda, y a pesar de su vocación ciudadana, este Aveo parece estar más que cualificado para asumir nuestro retro. Se viene para Valencia.

Rumbo a Cuenca: a punta de gas

La ruta marcada para este primer día de pruebas es llana y transcurre por carreteras abiertas y en buen estado. El reto consiste en realizar una conducción lo más económica posible, para lo cual emplearemos todas las técnicas necesarias para ahorrar combustible.

Con los depósitos llenos hasta la boca emprendemos la marcha con destino a Cuenca donde marcamos el primer checkpoint de esta comparativa. Rodamos juntos, nos relevamos en unas cuantas ocasiones y mantenemos un ritmo constante entre los 80 y los 120 kilómetros/hora, a excepción de un tramo de obras que retiene nuestra marcha durante unos 10 kilómetros, aproximadamente. En el centro histórico de la ciudad, con la Casas Colgadas de fondo, paramos los coches y comprobamos los consumos. El Toyota se alza con la victoria parcial. Su ordenador de a bordo refleja un gasto medio de 4,2 litros/100 kilómetros por los 4,6 del Octavia. Por su parte, el Aveo asiste como convidado de piedra a esta primera medición, pues no podemos controlar sus consumos parciales: carece de ordenador.

El Prius ofrece ciertas ventajas en este tipo de conducción. Su eficacia aerodinámica es mayor que la del Octavia, sus neumáticos de baja resistencia a la rodadura también juegan a favor y, tanto en atasco como en las salidas y entradas de las ciudades, sólo funciona en modo eléctrico. Además, en carretera abierta el motor no retiene en absoluto, lo que nos permite olvidarnos del acelerador en los descensos y dosificarlo al máximo cuando el terreno es ligeramente favorable. Así se explica su victoria sobre un Octavia que, sin disponer de ninguna de estas ventajas, ya ha demostrado a las primeras de cambio lo capacitado que está para rebajar su cifra de consumo oficial.

Ascenso a Dos Aguas (Valencia): vienen curvas

Al final del día llegamos a Valencia, con un cansancio acumulado notable. La segunda parte del viaje vuelve a combinar tramos de carretera convencional por la N-III con otros tantos por la autovía A3. Esta vez marcamos un ritmo de marcha más convencional, entre los 80 y los 140 kilómetros/hora y no encontramos dificultades con el tráfico. Al aparcar los coches frente a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, los consumos mantienen la victoria para el Prius, aunque suben dos décimas clavadas: 4,4 y 4,8 litros a los 100, respectivamente. Por otro lado, nos hemos quedado sin gas en el Aveo, que marca 369 kilómetros en su marcador parcial.

A la mañana siguiente, con el cielo parcialmente nublado, arrancamos con destino a Dos Aguas, una pequeña localidad de montaña que nos permitirá alargar nuestro recorrido total y disponer de un excitante tramo de curvas. Bueno, moderadamente excitante, porque no conducimos el Impreza STI y el Focus RS de nuestra anterior comparativa, precisamente. Ya nos hubiera gustado. Ahora, los mejores momentos los vivimos a los mandos del Octavia, que demuestra una gran eficacia en el paso por curva y sale de cada trazada con velocidad suficiente para recuperar un ritmo alto con sólo acariciar el acelerador.

El Prius, por su parte, es más rápido en las aceleraciones y recuperaciones pero su potencial se esfuma en cada curva.

El tacto de los frenos no ofrece la confianza necesaria como para apurar las frenadas y la suspensión resulta demasiado blanda como para trazar curvas a cierta velocidad. Para colmo del Toyota, la lluvia hace su aparición durante el descenso y, en este punto, sus neumáticos Bridgestone de baja resistencia a la rodadura le restan aún más agarre frente al Octavia, más seguro y eficaz.
Rumbo a Madrid: sólo puede quedar uno

Antes de emprender el regreso a la capital, comprobamos que los consumos medios se han disparado en ambos casos, pero de forma desigual. El ordenador del Octavia marca un consumo medio de 5,6 litros; el Prius se rinde, con una marca de 7,2 litros a los 100. Mientras tanto, la aguja de la gasolina del Aveo –nuestra única referencia por el momento- ha bajado incluso más que en los otros dos y su ritmo ha sido notablemente más lento, lógicamente.

Así, y tras 740 kilómetros recorridos, el Prius dice basta. Primero se acaba la gasolina, y apenas diez kilómetros más tarde se vacía también la carga de las baterías y el motor eléctrico se para definitivamente. El ecológico de Toyota ha acusado especialmente los tramos veloces y ha cedido frente a un Octavia que todavía tiene casi 300 kilómetros de autonomía, aunque a su favor cabe decir que consume mucho menos que sus rivales en ciudad y, además, tiene un depósito de combustible más pequeño que explica parcialmente su derrota. Aun así, el coste por kilómetro es favorable al Octavia.

Llegamos al kilómetro 1.040 y el Octavia acaba por ceder. Ya no quedan ni los vapores en su depósito, pero con un coste por kilómetro de 0,049 €, nos queda la sensación de que es tremendamente económico de uso. ¿Y dónde está el Aveo? Lento pero seguro, pasa de largo del Octavia y aún se atreve a recorrer 21 kilómetros más hasta que los inyectores chupan los últimos gramos de gasolina. Ha ganado por autonomía, pero no en coste por kilómetro, pues el beneficio en precio del GLP queda diluido por un mayor consumo frente al Skoda y el mayor coste de la gasolina que también hemos gastado en nuestro recorrido. Otra cosa sería moverse exclusivamente con gas, pero eso mermaría definitivamente la autonomía del pequeño Chevrolet que, además, necesita gasolina para arrancar –el gas no tiene suficiente poder calorífico–.

Después de todo

Como conclusión, cada uno de nuestros rivales tiene un punto fuerte y una hipotética decisión de compra debe tener muy en cuenta el uso que se le dará al vehículo. En el ámbito urbano, elegir el Aveo GLP es un acierto seguro, pero si quieres más confort, más espacio y beneficiarte del silencio del motor eléctrico, el Prius debería ser tu elección. Cabe recordar que en recorridos urbanos o a cruceros inferiores a los 80 kilómetros/hora, ambos gastan menos que el Octavia. Sin embargo, si lo tuyo es viajar, privilegias un comportamiento dinámico brillante o un maletero enorme, el Skoda Octavia no tiene rival. Sí, es más tosco y no innova como sus contrincantes, pero los resultados están ahí. En fin, si no te decides, quizá nuestro vídeo te ayude a elegir tu coche ecológico.