Una segunda marca alemana que reanuda su actividad, además de Borgward, es Artega. El pequeño fabricante de deportivos de Delbrück ha comunicado que volverá a comercializar automóviles y un cuadriciclo en serie limitada. Se llaman Scalo y Karo, respectivamente, y ambos están presentes en el Salón de Frankfurt para demostrar que Artega no se ha desvanecido.
El Scalo consiste en la versión definitiva del Artega SE eléctrico de 2011. La carrocería y piezas como retrovisores o tomas de aire se han modificado para optimizar su coeficiente aerodinámico y conseguir la mayor autonomía posible. Dos motores eléctricos Voltabox propulsan al Scalo y producen una potencia máxima de 402 caballos que puede elevarse a 516 durante dos segundos. El par alcanza los 779 Newton/Metro.
Este deportivo tarda 3,6 segundos en alcanzar los 96 kilómetros/hora, siete décimas menos que el Artega SE. La velocidad máxima se limita a 250. Estos motores obtienen la energía de una batería de iones de litio de 37 kWh que ofrece una autonomía de hasta 402 kilómetros, 100 kilómetros mayor que la del SE, pero a cambio incrementa la masa unos 480 kilogramos. Artega afirma que puede cargarse en diez horas con una toma de corriente doméstica o en menos de una hora con un cargador que vende por separado de 64 kW.
El estilo deportivo del habitáculo se ha reemplazado por otro más futurista y tecnológico. El ambiente está gobernado por las dos pantallas digitales de la instrumentación y la consola central, cuya estructura, al igual que la del salpicadero, ha cambiado completamente desde el GT. También se han sustituido algunos materiales, el volante y las salidas de aire. La empresa espera montar unas doce unidades, siempre bajo pedido, por lo que se arriesgará mucho menos que con las previsiones del SE -quería vender 500-.
