Hace prácticamente dos años que el Continental GT cuenta con esta variante V8 S en sus filas, tiempo en el que ha conseguido situarse como una de las más demandadas. Quizá por este motivo, su hermano mayor, recibe ahora el mismo privilegio, incorporando este bloque de 4.0 litros con 21 caballos de potencia extra respecto al V8 'básico'.
Gracias a este propulsor el Bentley Flying Spur V8 S declara 528 caballos de potencia y entrega un par máximo de 680 Nm a partir de las 1.700 vueltas, lo que se traduce en una respuesta al acelerador más inmediata pero sin incrementar el consumo. Lo que no varía es su transmisión, automática por convertidor de par, firmada por ZF y provista de 8 velocidades, así como su tracción total, que reparte el par motor al 40/60 entre los ejes delantero y trasero respectivamente.
Con los datos en la mano, este gigante de 5,30 metros de largo y 2.500 kilos de peso, logra acelerar de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos y alcanza una velocidad punta de 309 km/h. Su consumo medio, de 10,9 litros/100 km y sus emisiones de 254 gr/km son exactamente los mismos que el del V8 de 507 caballos.
Como el GT V8 S, este Flying Spur se distingue del resto de la gama por su parrilla negra, sus retrovisores a juego, los faros oscurecidos y el difusor trasero, así como por los habituales emblemas. En la misma línea, las llantas son de diseño exclusivo y se pueden elegir entre 20 y 21 pulgadas, mientras que en el interior también nos encontramos con una nueva decoración bi-color, con materiales de calidad artesanal a elegir en un amplio catálogo. No esperábamos menos de un exclusivo modelo cuyo precio rondará los 230.000 euros.
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