El Peugeot 807 llegó al mercado hace poco más de diez años, fruto de la joint-venture entre el grupo PSA y Fiat, una colaboración de la que nacieron hasta tres productos distintos, aparte del que nos ocupa. Me refiero a los Citroën C8, Fiat Ullyse y Lancia Phedra, de los cuales sólo el primero sigue a la venta después de que Fiat comprase Chrysler y decidiera sustituir sus dos gigantes por los Fiat Freemont y Lancia Voyager, ambos de origen americano.
Sin embargo, PSA no está dispuesta a dejar de ofrecer un producto en este segmento y por eso se ha decidido a darle un nuevo lavado de cara a su 807 que había sido renovado por última vez en el 2008. Cuatro años después, Peugeot apuesta por un aspecto sutilmente transformado que sugiere, según la marca “modernismo y refinamiento” sin perder las cualidades de “espacio, modularidad y confort” propias de este gran monovolumen.
La verdad es que a simple vista nos cuesta distinguir estos cambios sutiles. Tan sólo encontramos una calandra ligeramente modificada y con el nuevo logotipo de Peugeot, más fino. Exactamente lo mismo sucede en la trasera, que luce un embellecedor inédito en el portón trasero, justo por debajo del remozado emblema.
Por lo demás, el 807 sigue comercializándose con un sólo acabado, denominado Active y con dos motorizaciones, ambas derivadas del bloque 2.0 HDi que ofrecen potencias de 136 caballos y 160 caballos. El primero está disponible con caja de cambios manual de seis velocidades, mientras que el segundo ofrece la posibilidad de montar también una automática con el mismo número de relaciones.
El renovado Peugeot 807 se pondrá a la venta en otoño con un precio que se situará en torno a los 30.000 euros.
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