Ha ocurrido en Filipinas y supone todo una impacto para cualquier aficionado al automóvil. El Gobierno de aquel país y en concreto su polémico presidente Rodrigo Duarte –quien presenció en directo la secuancia– ha decidido destruir más de 20 coches de lujo de la forma más brutal y llamativa posible, con una máquina excavadora que en menos de cinco minutos dejó los vehículos directamente convertidos en chatarra.
Las imágenes rápidamente han dado la vuelta al mundo y la noticia se ha recogido en multitud de medios de comunicación, varias televisiones con cobertura internacional incluidas.
Esta destrucción se ha producido por una orden directa del presidente de Filipinas, Rodrigo Duarte, un político bastante polémico que se encuentra en plena ofensiva contra el crimen organizado y el narcotráfico, uno de los problemas principales de su país.
Como se aprecia en las imágenes, todos los vehículos, de marcas como Jaguar, Mercedes, Corvette, McLaren, BMW... fueron destruidos en pocos minutos en unas instalaciones cerca del puerto de Manila.
Una vez terminado el 'show' el presidente comentó “Dáselo al comprador de acero”, es decir los vehículos fueron directamente entregados como simple chatarra, a pesar de que en su conjunto costaban 1,2 millones de dólares. ¿No hubiese sido más útil por ejemplo subastarlos y aprovechar lo recaudado para fines benéficos?
