La metrópoli china de Hangzhou ha estrenado recientemente una serie de plazas de aparcamiento para mujeres que pone en evidencia el machismo presente en determinadas sociedades todavía hoy, en pleno siglo XXI. Más grandes, pintadas de rosa y en algunos casos con protecciones especiales para columnas y marcas en el suelo para encajar las ruedas del coche, estas plazas de uso exclusivo para féminas da por sentado que éstas no saben aparcar.

Desgraciadamente, en algunos países estas zonas de aparcamiento restringido a mujeres son tan habituales como aquí las de minusválidos o familias numerosas. En Seúl, la capital de Corea del Sur, cuentan desde 2011 con unas 5.000 plazas machistas e incluso en Triberg, una pequeña localidad en el sur de Alemania nos encontramos en 2012 con un centro comercial que dividió sus zonas de aparcamiento entre las de hombres y mujeres, si bien creímos entonces que sería un caso aislado.

Mientras aquí nos echamos las manos a la cabeza con medidas de este tipo, en China se ha presentado como "una iniciativa humana", tal y como la calificó Pan Tietong, gerente del área de servicio de Hangzhou. El dirigente destacó que estas áreas de estacionamiento para mujeres son "un 50% más grandes y están visiblemente señalizadas", leemos en Periodista Digital.

Pero sin duda lo peor de todo es que según las encuestas realizadas sobre el terreno, el 67% de los usuarios están de acuerdo con la implantación de estas plazas que son empleadas por unas quince mujeres diferentes cada día. De hecho, en China se este tipo de plazas de aparcamiento se probaron con anterioridad y con cierto éxito como verás en el siguiente vídeo. Muy triste.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.