Cuando hablamos de récords de velocidad siempre lo solemos hacer de ciertos prototipos que no están homologados para circular por la calle debido a su diseño, configuración y sistema de propulsión. Estos ejemplares suelen utilizar turbinas a reacción y su estética se asemeja más con un cohete que con un coche. El mejor ejemplo de ello lo tenemos con el Bloodhound SSC, capaz de alcanzar nada menos que 1.228 km/h.

Este registro es totalmente estratosférico y eso que el proyecto no llegó a su objetivo final, el cual pretendía superar la barrera de las 1.000 mph, es decir, 1.609 km/h. Es entonces cuando suena muy extraño pensar en un Porsche 911 Turbo S como el candidato perfecto para conseguir un récord de velocidad, aunque este haya recibido todo tipo de modificaciones. Sin embargo, no hablamos de batir un registro para la historia en una superficie firme y sólida, sino más bien una mucho más blanda y compleja.

En los Estados Unidos nos encontramos con un equipo de competición llamado Madmax y al líder del mismo, Zef Eisenberg, capaces de conseguir algunas hazañas muy llamativas y sorprendentes, como por ejemplo, superar las 200 mph (322 km/h) con un vehículo de dos ruedas sobre arena, convirtiéndose en el hombre más rápido del mundo en esta superficie. Para ello se dirigió hasta Pendine Sands, en el sur de Gales, con una Suzuki Hayabusa sobrealimentada.

El intento de récord de este Porsche modificado ocurrirá el fin de semana del 6 al 7 de abril de 2019.

Pues bien, una vez hemos introducido al personaje, tenemos que conocer cuáles son sus planes para un futuro a muy corto plazo. La idea de Eisenberg no es seguir estableciendo registros sorprendentes a bordo de su Suzuki, sino más bien pasarse a las cuatro ruedas y lograr el récord de velocidad sobre arena. Para poder lograrlo ha recurrido a un Porsche 911 Turbo S, especialmente construido y con una preparación especial, cuyo único objetivo es superar la misma velocidad que con la moto, es decir, 200 mph.

Como es lógico, los chicos de Madmax Race Team han realizado numerosas modificaciones en el deportivo alemán, empezando por un propulsor construido a mano de 4.2 litros con componentes internos reforzados, turbocompresores mejorados, sistema de combustible E85 y un sistema de refrigeración avanzado, entre otras cosas. Como consecuencia se obtienen 1.200 caballos, transmitidos al asfalto a través de una caja de cambios, embrague y suspensión modificados, así como unos frenos de mayor rendimiento.

En el interior, por su parte, no encontramos grandes cambios y el Turbo S sigue contando con un habitáculo de fábrica. No obstante, para poder cumplir con las respectivas normativas de seguridad se ha instalado una jaula antivuelco, asientos de competición y arnés de seguridad. Veremos que sucede con este intento de récord.

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Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta