Eran las 7:50 am del pasado martes en el centro de Singapur, una de las grandes metrópolis asiáticas y todo transcurría con normalidad. La gente común acudía a sus quehaceres diarios y nada hacía presagiar lo que estaba apunto de suceder.
De repente, un Audi R8 V10 Coupé de primera generación derrapa en la calle Bras Bash, frente a la catedral del Buen Pastor, se sale de la calzada y comienza a circular por la acera con todo el riesgo que conlleva. Su conductor, completamente ebrio, lejos de reaccionar continúa la marcha arrasando con varias farolas y dañando otros tantos vehículos estacionados, a su paso.
Sólo la fortuna y la prudencia de los viandantes evitaron males mayores, mientras que la física se encargó de detener al deportivo germano que terminó perdiendo todo el frontal y descolgando el eje delantero.
Recordemos que hablamos de un modelo que nuevo costaba 180.000 euros en nuestro mercado, provisto de un bloque V10 FSI de 525 caballos y capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos y de hacerlo además de manera responsable en las manos de un conductor responsable. Queda claro que su dueño no lo era, precisamente.
Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.