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En The Cultivate Collector, en Conneticut, Estados Unidos, tienen a la venta estos cinco modelos que son los mejores representantes de la época en que los coches de rallys se convirtieron en una carrera tecnológica que parecía no tener límite. Cuatro de ellos son ejemplos de aquella locura de los Grupo B de los años 80, en los que la única condición era que las marcas debían fabricar un número mínimo de unidades homologadas para calle. Así nacieron estos codiciados coches de carreras que podían matricularse de manera legal y que hoy en día siguen siendo tan espectaculares como hace casi cuatro décadas.
Esa desmesurada evolución que convirtió a los Grupo B en verdaderos coches de carreras con los que moverse en el tráfico y su exagerada potencia fueron la clave de su éxito pero también supuso su propio final por los accidentes que se produjeron en 1986 y que llevaron definitivamente a su prohibición. Afortunadamente todavía quedan muchos de los que se fabricaron para la homologación y en algunos eventos, salones de clásicos e incluso showrooms muy especiales es posible admirarlos como merecen.
Lancia Stratos -1974
Uno de los 492 Stratos que se construyeron en la era anterior a los Grupo B. Creado para la competición, el diseño de Bertone es uno de los más espectaculares y logrados que jamás ha tenido un coche de rally. Sandro Munari lo llevó a la gloria ganando el campeonato del mundo los años 1974, 75 y 76. Esta unidad, con número de chasis 001519, marca 44.100 kilómetros desde su matriculación en Turín, donde estuvo hasta 1978 cuando viajó a Estados Unidos. En 1992 fue restaurado por completo por el especialista Dennis McCann.
Renault 5 Turbo 2 - 1985
El radical “culo gordo” permitió a Renault entrar en el olimpo de las grandes marcas en los competidos rallys de los 80. Toda la parte trasera fue diseñada por Marcelo Gandini, autor de coches míticos como el Lamborghini Miura, para poder alojar el motor y todos los órganos mecánicos de este inusual R5. Sus 158 CV pueden parecen pocos pero su cortísima distancia entre ejes y su peso de menos de mil kilos permitieron que Jean Ragnoti ganara el mítico Montecarlo en varias ocasiones. Del Turbo 2 se construyeron las 200 unidades reglamentarias para calle y esta unidad ha recorrido solo 49.000 kilómetros desde entonces con un cuidado exquisito por parte de su propietario.
Peugeot 205 Turbo 16 – 1985
Al igual que el R5 Turbo, el pequeño 205 también sufrió una evolución brutal para convertirse en un auténtico Grupo B. Su motor también paso a la parte trasera, al igual que sus ruedas motrices. De los 200 que se construyeron para homologación de calle, casi todos en gris oscuro, solo uno se pintó de negro por petición de su propietario, el jeque Abdullah bin Khalifa Al-Thani, exprimer ministro de Qatar, que lo tuvo en su residencia durante 21 años y con el que solo recorrió 29 kilómetros con un cuidado exquisito. Su nuevo propietario tampoco hizo muchos más recorridos, porque a día de hoy marca solo 8.600 kilómetros después de haber sido mantenido como un auténtico miembro de la realeza.
Ford RS200 Evolution – 1986
El modelo de Ford tuvo una vida deportiva muy corta ya que la prohibición de los Grupo B no permitió que este prodigio de la ingeniería con tracción a las cuatro ruedas demostrara su verdadero potencial. Esta unidad es una de las 20 Evolution que se construyeron dentro del conjunto de las 200 necesarias para homologación. Este es el chasis 0084 y ha permanecido en manos de tres coleccionistas que lo han mimado como merece. Uno de sus propietarios lo ha tenido en su poder 30 años, tiempo en el que el motor fue reconstruido en el Reino Unido poco antes de pasar a un nuevo dueño.
Citroën BX 4TC – 1987
La marca francesa también llegó tarde a la fiesta de los Grupo B tras su prohibición en 1986. El llamativo BX 4TC solo participó en tres pruebas en 1986 antes de la prohibición Grupo B y de los 200 previstos para homologar solo se fabricaron 62. La historia no está del todo clara pero se habla de que Citroën logró recuperar otros 30 de estos especiales BX que se encontraban en los concesionarios e incluso recompró alguno ya entregado a los clientes para destruir estas unidades, lo que hace que el BX 4TC que está la venta sea algo todavía más especial. Este es el chasis 0069 y estuvo en manos de su propietario parisino hasta el año 2000. Desde entonces ha recibido un cuidado extremo por parte de sus siguientes propietarios y ahora marca 53.200 kilómetros recorridos.
Más de 30 años dedicado al periodismo del motor y el estilo de vida que siempre ha acompañado al automóvil, primero como director de tres publicaciones y ahora como colaborador. Por mucho que se empeñen en hacernos creer que los coches son simples instrumentos de movilidad, para mí son verdaderas obras de arte que provocan emociones y el primer artefacto moderno que proporcionó a la mayoría de la humanidad una forma real de libertad y de conocimiento de otros mundos, mucho antes de que existiera Internet.
