Se había previsto el cambio de 240.000 neumáticos de cerca de 60.000 vehículos -si se sustituían las cuatro ruedas, aunque la cifra aumentaba hasta los 120.000 automóviles si se hacía lo propio sólo con las gomas de un eje- como media de ahorro energético; los estudios que manejaban desde el Ministerio de Industria cifraban un ahorro cercano a los 0,3 litros por cada 100 kilómetros. Parecía una buena idea, pero lejos de la realidad, las críticas se fueron sumando: el Estado sólo pagaría 20 euros por cada rueda eficiente -coste medio de una rueda, 80 euros-, no se había fijado el plazo de entrada en vigor de la norma y muchos conductores estaban esperando esa ayuda dada la situación financiera del país, lo que el ritmo normal de trabajo de los talleres se estaba alterando. Todo eso ha quedado en nada cuando se ha sabido que ni en España ni en Europa se venden neumáticos eficientes de la categoría A, la propuesta por el Gobierno.

A día de hoy, los fabricantes de neumáticos no tienen gamas con este calificativo, básicamente porque hasta dentro de un año y medio aproximadamente -el 1 de noviembre de 2012-, la Unión Europea no obligará a los productores a etiquetar las ruedas en función del gasto energético -tal y como sucede ahora con los electrodomésticos-. Los portavoces de varios suministradores han coincidido en señalar que la propuesta de la Unión Europea no especifica qué parámetros tiene que tener una rueda para conseguir el valor A ni qué organismo se va a encargar de promover las mismas.

Esta situación ha provocado que el Instituto de Diversificación y Ahorro Energético -IDAE-, centro dependiente del Ministerio de Industria y encargado de llevar a cabo la medida, se reuna esta semana con los fabricantes para estudiar un nuevo precepto para instalar 'cubiertas verdes'.