El camino hacia la auténtica conducción autónoma pasa, inevitablemente, por potenciar los sistemas de ayuda a la conducción (ADAS) que ya conocemos hasta un hipotético punto donde, previsiblemente, podrán funcionar sin que nosotros tengamos que supervisarlos. En dicho camino, la tecnología de radar conocida como Lidar jugará un papel fundamental, y es por ello que los grandes fabricantes se están asegurando contar con los mejores dispositivos de este tipo.

Entre ellos figura Stellantis que, a través de su fondo de capital riesgo Stellantis Ventures, acaba de anunciar su inversión en SteerLight, una startup que está desarrollando un revolucionario Lidar con el tamaño de un diminuto chip, unas elevadas capacidades de detección y un coste de producción que promete ser razonable.

Una tecnología esencial que se abarata

Hasta la fecha, para poder realizar su tarea de escanear e interpretar el entorno que lo rodea, un Lidar necesitaba contar con un voluminoso receptáculo que le permitiera emitir sus pulsos láser en 360º. Así se ha visto, tradicionalmente, este dispositivo acoplado en los proyectos de vehículos autónomos.

Sin embargo, los últimos avances científicos han permitido reducir los Lidar a dimensiones minúsculas como las de un chip. Estos pequeños Lidar, que aun a pesar de su tamaño emiten sus pulsos en un ángulo muy amplio, pueden instalarse en un automóvil en grandes números y de manera muy disimulada. Su funcionamiento puede contribuir a mejorar la eficacia de muchos asistentes como, por ejemplo, el control de crucero adaptativo, la ayuda al mantenimiento de carril o los sensores de aparcamiento y maniobra. Y son más baratos de producir que los Lidar convencionales, otro motivo que ha llevado a Stellantis a decantar su inversión.

En el caso concreto de SteerLight, su chip Lidar emplea lo que se conoce como fotónica del silicio, una tecnología que aprovecha el mismo silicio que compone el chip para la transmisión de los datos captados mediante fotones. Estos fotones, más rápidos que las señales eléctricas, favorecen una conexión de alta velocidad con las unidades de control (ECU) de los sistemas del coche, y con un gran ancho de banda.

Lettermark
Diego García

Especializado entusiasta en motor, competición, historia y técnica del automóvil. Eterno aprendiz, también, en el novedoso sector de la movilidad sostenible. Licenciado en Periodismo con varios años de experiencia en esto de hablar sobre las cuatro ruedas.