760 conductores de nuestro país han respondido a las cuestiones que Bosch les ha planteado sobre los últimos mecanismos de ayuda a la conducción instalados en los coches, como reconocimiento de señales de tráfico, mantenimiento del carril, control de luces cortas-largas, detector de ángulos muertos o control de crucero adaptativo. “¿Los conoces?” (sí para más del 64% de los entrevistados), “¿Cuál te parece más interesante?” o “¿Cuánto pagarías?” (de media, 300 euros) han sido tres de las preguntas.

De entre todos los controles ‘ofertados’ en la actualidad, el más valorado por los españoles es la frenada automática de emergencia (dos terceras partes de los conductores han manifestado que han hecho al menos una detención de emergencia en los últimos 12 meses), seguido muy de cerca del detector de ángulos muertos o los asistentes de esquivas o en cruces.

En 2014, el control de estabilidad ESP será de serie en todos los modelos nuevos

Entre las situaciones más estresantes ante las que nos enfrentamos diariamente y relacionado de forma directa con todo lo anterior están el tener que frenar de golpe por un imprevisto o que un automóvil o una moto se coloquen en el ángulo muerto. Hasta el primer podio de esta particular categoría de estrés se alza buscar aparcamiento, más por la pérdida de tiempo que conlleva que por la dificultad de las maniobras.

Con todos estos datos en la mano, Bosch ha buscado también conocer que esperan los españoles de la conducción automatizada que, según la empresa alemana, se hará realidad a finales de esta década siempre que se ajusten los costes y exista demanda. El 50% cree que la conducción será más segura y evitará más accidentes, con casi idéntico porcentaje afirmando que seguiría pendiente de la circulación aun dejando las decisiones a un procesador. El 70% opina que sería vital volver a tomar el control del turismo en cualquier momento.

En el lado contrario se posiciona cierta desconfianza ante los posibles fallos que puedan acarrear estos sistemas. En este campo, Bosch matiza que la conducción autónoma se implantará en las autovías y autopistas para poco a poco hacerlo también en las ciudades.