Llamemos como llamemos a la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, la celebración de esta macabra festividad se realiza desde tiempos remotos y en diferentes culturas. Es el momento perfecto del año para contar historias de miedo y tétricas leyendas. Y de ellas salpicamos este listado especial, que combina ficción y realidad difuminando la delgada línea que separa ambos mundos. Ahora bien, no seamos tópicos y vean la primera propuesta, cien por cien real.

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1.- Sbarro Monster G: nacido para asustar

Este Top 5 de coche de miedo no es de ninguna película u obra de ficción, pero su nombre ya merece nuestra atención. Con ustedes, un auténtico monstruo de cuatro ruedas. Se trata de una de las mayores locuras de un buen conocido por los aficionados: Franco Sbarro. Este italiano afincado en Suiza siempre se ha distinguido por sus arriesgadas apuestas, no solo por diseño, también por innovaciones rompedoras. Muchos recuerdan su sorprendente propuesta de 'ruedas orbitales', un sistema de transmisión que se conectaba a las ruedas de coches y motos... sin ejes.

Pero en este especial de coches que dan miedo, y diferenciándonos de típicas listas similares, hemos decidido elegir este gigante, que presentó el diseñador en 1987. Su nombre, no puede ser más apropiado pero es que además, monta unas monstruosas ruedas de avión. Concretamente de un Boeign 747. Eso sí, la firma de neumáticos Goodyear trabajó en ellos para adaptarlos convenientemente, creando esas inolvidables ruedas de 20 pulgadas de alto.

Esta osadía dio como resultado un Sbarro Monster G que alcanzaba los 2,7 metros de altura y que causó auténtico pavor en el Salón de Ginebra de 1987, dejando a los visitantes boquiabiertos. Tenía la base de un Range Rover y el motor Mercedes V8 de 6.4L con 350 CV. Además, la carrocería del coche era de kevlar, y el resultado fue un biplaza que también podía convertirse en roadster, sin puertas y preparado para "comerse" cualquier obstáculo como si fuese un "Monster Tuck". Todo un engendro que, aún hoy, sigue impresionando a los aficionados del motor. Deliciosa locura ochentera.

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2.- 'Christine', el Plymouth Fury 1958 de Stephen King

El mago de la literatura de terror moderno no se resistió a escribir una historia con un coche asesino como protagonista, creando así a 'Christine' en 1983. Ese nombre de chica correspondía a un Plymouth Fury de 1958 con tendencias más que perversas.

El protagonista de la historia, Arnold Cunningham, es un chico muy tímido: son muchos los compañeros de instituto que se burlan de él, le amenazan y le gastan bromas muy pesadas. Pero todo cambiará cuando 'Arnie' se tope con un coche abandonado propiedad de un veterano de guerra, el cual advierte que el coche, en cierto modo, debe ser tratado como una persona, o las consecuencias serán fatales.

King es un maestro en la creación de personajes y en hacerles brotar sus obsesiones y temores ocultos. Es lo que sucede en esta ocasión: Arnold va cambiando su personalidad a medida que avanza la historia, mientras que su 'compañera' de cuatro ruedas se va cargando a unos cuantos enemigos por su cuenta. El mismo año de la publicación de la novela, el genial John Carpenter se lanzó a la aventura de adaptarla al cine, creando una película que en la actualidad tiene mucho encanto, a pesar de que no consiguió muy buena acogida en la crítica en su momento.

Aun así, todos tenemos la imagen de ese imponente coupé americano de los años 50 en la mente como la encarnación mecánica del mal en un agresivo color rojo. Y aquí tenemos el primer dato curioso y es que aunque el modelo Fury de 1958 es completamente real, nunca se fabricó en ese color. Y para rematar, tampoco había versión de 4 puertas aquel año.

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En la película, que seguro recuerdan nuestros lectores, el coche sufre varios intentos de destrucción… y evidentemente hubo que cargarse unas cuantas unidades durante el rodaje. Aunque en la ficción, 'Christine' es capaz de auto-repararse gracias a sus poderes sobrenaturales, los responsables de la película tuvieron que comprar una docena de unidades, las cuales acabaron destrozados. Aún duele a los fans del modelo este dato, pues apenas se fabricaron dos millares en la época. El Fury se puso a la venta en 1956, y en el 57 se reforzó el motor con un potenciado V8 de hasta 290 CV.

Pero aunque hasta el propio autor de la novela se enfadó porque la película no estaba a su altura, Carpenter supo ofrecernos, con discreto presupuesto, una cinta digna con escenas icónicas, con los faros del Plymouth encendiéndose entre la misteriosa neblina. Tanto, que hay cameos y guiños de este coche en muchas otras películas y series de televisión. Además, la recaudación no estuvo mal: 21 millones de dólares.

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3.- 'Ecto-1': El Cadillac Miller-Meteor 1959 de 'Los Cazafantasmas'

El equipo de amigos que conforman 'Los Cazafantasmas' acaba de quedarse sin espacio en la universidad en donde realizaban sus más o menos serios intentos de atrapar entes del otro mundo. Sin contar con el asesoramiento de Iker Jiménez, tienen que empezar de cero y adquieren unas viejas instalaciones en el centro de Nueva York a la vez que uno de ellos se enamora de toda una ganga: una vieja ambulancia Cadillac.

Concretamente hablamos del modelo Miller Meteor de 1959 de la firma de lujo norteamericana, elegida para que en la película sea la 'unidad móvil' del singular grupo protagonista. Su aparatosidad y los nada discretos elementos que la decoran convirtieron a la 'Ecto-1' (nombre que puede verse en la matrícula), en un nuevo capricho mecánico para los cinéfilos. Cómo no, tras las cámaras también hay muchos datos curiosos, ya que las intensas jornadas de rodaje fueron una dura prueba para el modelo, que no aguantó muy bien el tipo cuando en el puente de Brooklyn prácticamente se desarmó durante el rodaje de una escena. El equipo tuvo que ponerse las pilas para poder terminar el film, y una vez conseguido, se utilizó sin miramientos para promocionar el título, trabajo que incluyó varios accidentes por calles de la Gran Manzana.

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En 2014, coincidiendo con el 30 aniversario del estreno de la película, se realizó el 'Ghostbusters 30 Aniversario Concept', recreación con piezas de Lego del Ecto-1. El juguete final se vendió en edición limitada gracias al trabajo realizado por el australiano Brent Waller, desarrollador 3-D en la industria del videojuego. Y también gracias a los 10.000 votos que recibió la firma de juguetes en su división de propuestas mediante 'crowdsourcing'. Todo ello con la licencia oficial de Sony Pictures.

En cuanto al coche de escala real, aquel Cadillac fue adaptado por los especialistas "Miller-Meteor", de ahí su nombre, compañía dedicada a realizar este tipo de desarrollos. Para la película de 1984 se tuvo que hacer el cambio kit de distribución, transmisión y los frenos del coche. La ambulancia en rojo y blanco se denominó 'Sentinel', y estaba disponible en dos alturas de techo: 42,5 pulgadas (algo más de 1 metro) y 48 pulgadas (1,21 metros). Como curiosidad de plena actualidad, comentamos que el director del reboot que está previsto que se estrene en el verano de 2016, publicó a primeros de julio un tuit con la imagen del que parece ser será el nuevo 'Ecto-1'. El modelo, según han identificado, podría ser un Cadillac Fleetwood Station Wagon de 1980.

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4.- Porsche 550 Spyder de James Dean. La maldición del 'Pequeño Bastardo'

Fue un pequeño bastardo sobre ruedas. Y es que 'Little Bastard' es como se conocía al Porsche 550 Spyder de James Dean… ¡antes de su muerte al volante! Como si fuese una premonición, el actor se convirtió en leyenda a los mandos de esta joya con apodo tan célebre y desafortunado, que él mismo eligió... Se trata, literalmente, de un 'coche maldito' que se creó una leyenda negra plagada de extrañas muertes y accidentes. ¿Merecida? Les vamos a contar qué sucedió, y ustedes formarán su propia opinión…

Empezamos con el accidente del propio 'rebelde sin causa'. Apenas llevaba una semana con su flamante descapotable de Porsche cuando encontró la muerte conduciéndolo. Los hechos tuvieron lugar el 30 de septiembre de 1955. El actor se dirigía a Paso Robles desde Los Ángeles por la Ruta 46. De repente, otro automóvil se puso de frente hacia el de Dean, pero el Porsche no llevaba las luces encendidas. El otro conductor se percató tarde de la presencia del 'Pequeño Bastardo' y quedó cruzado en la carretera. El impacto contra el Ford Tudor fue brutal. James Dean se partió el cuello muriendo al instante, pero el estudiante –conductor del otro coche– únicamente se rompió la nariz.

Así comenzó la leyenda. Y con mucha fuerza, la leyenda negra: "Si conduces ese coche, morirás en una semana".

Son palabras del actor Alec Guiness, que interpretó al inolvidable maestro Obi-Wan Kenobi, advirtiendo al joven, tras salir de un restaurante, que el tono del coche era muy peligroso, "se hace casi invisible para el resto de conductores".

La premonición del 23 de septiembre… se cumplió. Con 24 años, el protagonista de 'Gigante', que adquirió el modelo para comenzar a participar en carreras, dejó este mundo. Lo curioso y enigmático es que parece ser que las desgracias siguieron sucediéndose en torno a las piezas que se salvaron del Porsche 550 Spyder. A pesar del lamentable estado en que quedó tras el fortísimo accidente, el diseñador y restaurador George Barris, creador del Batmóvil de la serie televisiva de los 60, compró el coche siniestrado por 2.500 dólares.

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El amasijo fue despiezado, y a partir de entonces comenzaron a sucederse unos cuantos sucesos dignos de una maldición: el mecánico de la grúa que sujetaba las piezas perdió las dos piernas cuando intentaba bajarlas. Los dos pilotos que compraron el motor y parte de la transmisión tuvieron graves accidentes: Troy McHenry falleció al volante del coche que equipaba el motor al chocarse contra un árbol, y su compañero William Eschird sufrió un aparatoso vuelco quedando herido de gravedad.

Más tarde, un joven perdió un brazo cuando, colándose en el garaje en el que se guardaba lo que quedaba del coche, intentaba robar el volante. Y para rematar este resumen, pues las historias dan para mucho más, señalaremos que Barris, asustado por todo lo que estaba sucediendo en torno al modelo de su propiedad, donó las piezas para una exposición sobre seguridad vial. El lugar en el que se iba a celebrar el acto fue pasto de las llamas. De entre lo poco que se salvó de la ira del fuego fue… sí, el 'Pequeño Bastardo'.

Podríamos seguir, porque lo que quedaba de aquel modelo siguió cobrándose unas cuantas muertes más… Como remate, al parecer al coche se le pierde la pista, literalmente, cuando el camión que lo llevaba a Miami en 1960 para una exposición desaparece. Aún hoy no se ha encontrado…

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5.-'Cathedral Car'. El siniestro coche gótico

Terminamos este sombrío e insólito Top 5 con otra sorpresa, muy poco conocida. Se trata de un Art Car que suele verse mucho por distintas exhibiciones de EE.UU., país muy aficionado a este tipo de personalizaciones extravagantes. En concreto, el coche creado en el año 2000 por la artista Rebecca Cald se llama 'Cathedral Car' y es una mezcla cuya base es un coche fúnebre clásico americano al cual se le ha añadido, atención, gran parte de un Volkswagen Escarabajo en la parte superior a través de un impresionante trabajo de soldadura. Así es como se ha conseguido esta 'catedral gótica móvil', cuya altura hace posible que una persona pueda ponerse de pie en su interior.

Seguro que a familias como Los Monster o los Adams comprarían alguna unidad, pero se tratav de una creación única, que ha sido retratada por Harrod Blank para www.artcarworld.org, fotógrafo que ha cedido expresamente estas sorprendentes imágenes para Car And Driver España. Un capricho que mezcla lo artístico con lo macabro. Casi como en el resto de modelos comentados en este dossier. Ahora, nos toca ir a casa de cada uno de nuestros lectores para pedirles 'Truco o Trato'…