Hoy en día tenemos a los SSC Tuatara, Bugatti Chiron Super Sport 330+, el Koenigsegg Jesko o el Hennessey Venom F5 como máximos representantes de esos hypercar cazadores de récords de velocidad. Máquina con unas cifras de potencia casi a la altura de sus precios. Sin embargo esta búsqueda por romper récords ha estado presente en toda la historia del automóvil muchas veces con máquinas casi adelantadas a su tiempo.
A finales de los años 80 la gran referencia en este campo era el Callaway SledgeHammer, un superdeportivo de récord que ahora está siendo subastado. Se trataba una especie de Corvette C4 hipervitaminado de la famosa compañía de Reeves Callaway, responsable desde los años 60 de algunas de las más llamativas preparaciones sobre el Corvette en sus distintas entregas. Sin embargo con este Corvette SledgeHammer intentaron ir más allá buscando el récord de velocidad para un vehículo de producción.
Más aerodinámico y con 890 CV
Para lograrlo este Corvette equipaba un kit aerodinámico que modificaba notablemente el diseño del C4, dándole una forma mucho más afilada y rebajada para reducir su resistencia al aire todo lo posible. Además de eso su motor V8 de 5.7 litros fue modificado con un cigüeñal Cosworth, pistones forjados, un sistema de aceite de cárter seco, sistema de encendido mejorado y sobre todo dos turbos Turbonetics T04B acompañados de dos intercoolers.
Con estos ingredientes Callaway creó una bestia de más de 890 CV y 1.046 Nm de par máximo con la que en octubre de 1988 alcanzó una velocidad nunca antes vista en un coche de producción: 410 km/h en el oval del Transportation Research Center de Ohio, y lo mejor de todo es que lo hizo después de viajar desde la sede de Callaway hasta este trazado. Para hacernos una idea de lo que este récord suponía hay que recordar que era más rápido que el Bugatti Veyron, que no consiguió alcanzar su récord de 408 km/h hasta unos 17 años después de esta marca.
Para el mejor postor
La diferencia con el Veyron es que finalmente este Callaway SledgeHammer no llegó a ser un automóvil de producción, por lo que su récord no se contaba como oficial, aunque eso lo ha hecho mucho más exclusivo. Ahora de hecho el mismo ejemplar que superó los 400 km/h a finales de los 80 se está subastando en Bring A Trailer, donde a falta de 8 días para el cierre de la puja ya ha alcanzado un precio de 425.476 dólares, unos 350.965 euros al cambio actual.
