La caída del régimen de Hosni Mubarak en Egipto y de Abidine ben Ali en Túnez ha desatado revueltas populares en otros países Árabez como Yemen, Iraq y Bahréin.

Según el Daily Telegraph, el magnate de la F1, Bernie Ecclestone, ha intentado ponerse en contacto con el príncipe de Bahréin, Salman ibn Hamad ibn Isa Al Khalifa: "Está muy ocupado, como os podéis imaginar, así que no sé exactamente qué está pasando".

"El peligro es obvio. Si esta gente lo que quiere es obtener reconocimiento a nivel mundial, sería más fácil de manera violenta. Empiezas creando un problema en la apertura de Bahréin y así obtienes cobertura internacional", ha añadido Ecclestone. "Como ya he dicho, intentaré hablar con el príncipe próximamente. Estamos siguiendo los acontencimientos de cerca. Vamos a confiar en lo que ellos crean que es mejor".

Por su lado, la publicación Arabian Business cita al vicepresidente del Centro para los Derechos Humanos de Bahréin, Nabeel Rajab, advierte que, en caso de celebrarse el GP de Bahréin "no se desarrollaría de manera pacífica".

"Habrá un montón de periodistas, un montón de público y (el gobierno) va a reaccionar de una manera estúpida como ya ha hecho ayer y hoy. La situación será violenta, pero así se obtendrá más repercusión", ha añadido Rajab.

Este fin de semana está previsto que se dispute en el circuito de Sakhir, en Bahréin, una carrera de GP2 Asia Series, justo antes de los entrenamientos oficiales de F1 que tendrán lugar del 3 al 6 marzo.

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