Max Mosley pretendía obligar a que los medios de comunicación informaran previamente a los implicados en investigaciones que afecten a sus vidas privadas antes de la publicación de un reportaje o artículo. Los periodistas argumentaron que eso "impediría el libre periodismo de investigación", y pondría en serio peligro su profesión. Y la sentencia, hecha pública este martes, les da la razón.

Mosley asegura sentirse "totalmente decepcionado", y advierte que no se rendirá. Se espera que en breve apele la decisión judicial: "Esto todavía no ha terminado", asegura amenazante.