Cuando Pirelli regresó a la Fórmula 1 en sustitución de Bridgestone, la FIA les pidió que desarrollaran gomas que propiciaran más paradas en boxes para compensar la pérdida de estrategia que suponía la prohibición de repostar. Pirelli investigó y fabricó neumáticos que degradación programada; es decir: no era una degradación gradual, sino que alcanzaban un punto de inflexión a partir del que el neumático perdía rápidamente sus cualidades. Gracias a ello, asegura Paul, la temporada 2011 ha sido sumamente interesante: "Es curioso, porque al principio de la temporada se nos criticó por ser quizá demasiado agresivos, y al final por ser demasiado conservadores".

Y es que, a medida que los pilotos y los equipos comenzaron a entender los neumáticos Pirelli, comenzaron también a optimizar su rendimiento y a adaptarse a ellos sin necesidad de realizar estrategias muy dispares, algo que al final de la temporada disgustó a algunos aficionados: "En realidad tuvo que ver más con los pilotos y los equipos, que se acostumbraron a los neumáticos y modificaron los reglajes para maximizar lo que les dábamos".

Para evitarlo, Paul asegura dar más guerra en 2012 y ponérselo más difícil a los equipos: "Tenemos que ser un poco más agresivos en 2012; hemos cambiado tres de los compuestos que usamos la pasada temporada: el blando, el medio y el duro; y el pico de rendimiento ente ellos estará en la práctica algo más cerca, lo que deparará en más estrategias". De momento son sólo ideas sobre la mesa; queda algún tiempo para llevarlas al asfalto, concretamente, al español de Jerez de la Frontera, desde el 7 de febrero, según informa Hembery.