La última vez que el británico condujo un Fórmula 1 fue en el Gran Premio de Japón de 1999, el año en que se retiró. Damon estuvo esta vez en Montmeló porque su hijo, Josh, compite en la Fórmula Renault Eurocup, que también se disputó el pasado fin de semana en España. El propio Hill explica cómo consiguió volver a pilotar un F1: "Hablé con Renault y les dije que me encantaría venir porque Josh iba a correr, ¡y a partir de ahí la bola de nieve me ha llevado a pilotar el RBR!", declara a Autosport.

La propuesta fue suculenta para un personaje como Damon. Y la respuesta sólo podía ser afirmativa: "No se puede decir que no, ¿verdad? Así que muchas gracias a Renault y a Red Bull", se sincera Damon. Antes que Damon, el que fuera su compañero de equipo en Williams, Alain Prost, también se lo pasó en grande en Paul Ricard con el RB6 el pasado mes. "Hablé con Alain después de que él pilotara", dice Hill. "Las cosas han cambiado mucho desde que él se retiró en 1993, pero estos coches son bastante similares al que tuve en 1999".

Hill echa la vista atrás, recuerda y compara épocas diferentes de siglos diferentes; pero en algunos aspectos no han cambiado mucho: "Cosas como el embrague de mano ya las tenía Jordan entonces. Los coches han cambiado sutilmente, pero fundamentalmente son lo mismo".

A sus 52 años, Hill ha disfrutado conduciendo por puro placer, sin presión ni pretensión, sólo para divertirse: "No era una competición, no había ningún desafío; no me estaban probando. Es puramente una experiencia personal, y es divertido", admite el británico emocionado. "Es la primera vez que vuelvo a la pista en un F1 desde Suzuka de 1999, así que ha sido una oportunidad que no podía rechazar. Es genial lo que están haciendo Renault y Red Bull aquí en las World Series by Renault. Están atrayendo a muchos nuevos fans del motor, y eso es bueno para el deporte. Y no sólo eso, también están gestando la nueva generación de estrellas de la Fórmula 1 a través de los 2.0 y los 3.5 litros", concluye Hill.