Lo advierto desde la primera línea: esta no es una historia espectacular, ni siquiera importante, ni se descubre ningún dato revelador. La historia de la Fórmula 1 se compone de grandes hazañas y anécdotas, pero también las pequeñas mueven los corazones de los aficionados más curiosos, que quieren saber hasta el último detalle escondido en cualquier bólido, en cualquier circuito, en cualquier mono de competición. El dragón de Ayrton Senna no tiene un final apoteósico. Es sólo una de esas pequeñas historias sin importancia que quedan en el poso del paso del tiempo.

EL ESCAPARATE MÁS RÁPIDO DEL MUNDO

Desde que en 1968 Imperial Tobaco pintara los Lotus 49 de Colin Chapman con los colores de una cajetilla de tabaco (Gold Leaf), los monoplazas de Fórmula 1 se han decorado según las exigencias de los patrocinadores de turno. Se convirtieron en auténticos escaparates en los que millones de ojos se posaban cada carrera. Gustos aparte, algunos de los monoplazas más llamativos lo fueron, en parte, gracias a su decoración; el azul del Ligier-Ford de 1979 patrocinado por los cigarrillos Gitanes, los rojiblancos McLaren Honda MP4-5 de 1989 con los colores de Marlboro, el Jordan 7Up de 1991… Tantos ejemplos. En Lotus, a Gold Leaf le siguió el famoso Jhon Player Special (JPS), que decoró los monoplazas de negro y oro, convirtiéndose en uno de los diseños publicitarios preferidos de toda la historia por los aficionados.

EL DRAGÓN DE SENNA

Pero no sólo de grandes patrocinios viven los equipos. Hay otros eslóganes, logotipos o emblemas que aparecen más pequeños, más modestos. Y a menudo pasan inadvertidos. Pero no para todos: hace algunas fechas un aficionado me preguntó sobre un dragón que aparecía en el famoso Lotus patrocinado por John Player Special de mitad de los años 80 sobre el nombre de Ayrton Senna.

Me planteaba si se trataba de alguna especie de mascota, amuleto o broma del genial piloto brasileño. Mi respuesta fue simple: ni idea. Probablemente algún lector nuestro sí conozca la respuesta y crea que este artículo era innecesario, pero en mi búsqueda tampoco había ningún rastro al respecto ni parecía que nadie hubiera escrito sobre el tema. Así que manos a la obra: ¿de dónde viene ese dragón?

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El Lotus de Ayrton Senna con el dragón

EL CANGURO DE DE ANGELIS

Hace casi diez años tuve la ocasión de toparme precisamente con un 98T de 1986 en una exposición, y curiosamente rescatando hoy los negativos de las numerosas fotografías que hice, me percaté de que a mí también me llamó la atención el dragón en su día, pues aparecía en varias tomas e incluso le hice buenos primeros planos. Efectivamente, allí estaba el extraño personajillo: en la 'chimenea', justo debajo del arco de seguridad, sobre el nombre del genial piloto brasileño.

Lo primero que hice fue comprobar desde cuándo ese extraño animal acompañó a Lotus. Y me cercioré de que en 1985, el Lotus 97T de Senna no lucía el susodicho dragón, aunque el coche de su compañero de equipo, Elio de Angelis, sí portaba un canguro de estilo similar. Que sólo lo llevara el coche de Elio y no el del brasileño me hizo pensar que probablemente sería un patrocinador personal. Y, efectivamente, la marca de ropa deportiva 'Australian' estaba detrás del cangurito de Elio (la marca todavía existe). Es de suponer que el mismo espacio en el coche del brasileño debería considerarse un patrocinio. Entonces, ¿a quién pertenecía el dragón de Senna?

MICROMAX, LA CLAVE

En 1986 Elio fue sustituido por el escocés Johnny Dumfries, y el Lotus 98T lucía el dragón en ambos monoplazas. No era ya, pues, un patrocinio personal. No era el 'dragón de Senna'. La búsqueda de referentes de patrocinios en Fórmula 1 es complicada: aparecen los grandes grupos o empresas, pero no las pequeñas, las que sólo lucen en diminutos logotipos casi imperceptibles pero que también pagaron sumas astronómicas por montarse en un Fórmula 1 y pasearse por medio mundo.

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Ayrton Senna

Lo bueno fue que en 1987, ya con el color amarillo de Camel, el Lotus 99T no sólo seguía luciendo el dragón de la discordia, aun sin Ayrton Senna como piloto, sino que al lado de él apareció la palabra 'Micromax'. En aquella pretérita época, parecía demasiado pronto como para tratarse de una empresa de ordenadores o telefonía móvil, como me sugirieron mis fuentes. La búsqueda fue compleja y sin un punto de partida. Con ese nombre tan tópico bien podría ser una empresa estadounidense, inglesa, portuguesa, francesa, alemana… o de cualquier lugar del mundo.

PLANCHAS DE VAPOR

El siguiente paso fue entrar en una base de datos donde estuvieran listados todos los nombres de marcas registradas como 'Micromax' cuyo logotipo fuera un dragón. Y bingo: apareció el coqueto animalillo de sonrisa infantil. Y, junto a él, datos importantes: la empresa Micromax era italiana y fabricaba planchas eléctricas y de vapor en los años 80. Con esa información pude averiguar que el dragón pertenecía concretamente a su producto Stirella, una plancha de vapor cuya comercialización comenzó en 1983 y se prolongó (por lo menos) hasta 1993, manteniendo al simpático dragón como logotipo.

Micromax fue comprada dos años más tarde, en 1995, por la empresa De’Longhi, que también patrocinó a Lotus de 1986 a 1987. El dragón de Senna no era tal, sino un simple patrocinador de un fabricante de planchas italiano.

Quizá no sea una historia muy importante, y ni siquiera cambió la Fórmula 1 como Gold Leaf o Marlboro… Sin embargo, el simple hecho de haber estado durante dos temporadas al lado del nombre de Senna le ha valido para formar parte de su leyenda, pues las maquetas que los aficionados guardan en sus casas, los coches de los museos y las reproducciones artísticas también lucen el simpático dragón. Y eso sí que es ocupar un lugar privilegiado. Ahora sabemos cuál es la pequeña historia escondida detrás de él.