Brasil sabe a despedida. Se despide Mark Webber de la Fórmula 1, se despide Sergio Pérez de McLaren, se despide Felipe Massa de Ferrari, se despide Kimi Räikkönen de Lotus, se despide Daniel Ricciardo de Toro Rosso… Se despide la Fórmula 1 de sus aficionados un año más. Y lo hace con una entretenida carrera en el clásico circuito de José Carlos Pace, el antiguo Interlagos, en pleno Sao Paulo. Una carrera a la que quizá le faltó la lluvia para terminar de animar una prueba con buenos ingredientes deportivos: “Ha sido aburrida para las expectativas que teníamos”, opina Fernando Alonso. “Creíamos que llovería y queríamos aprovecharnos de los cambios climáticos. Al final todas las vueltas fueron secas y sabíamos que así era difícil estar en el podio”.

Pero el podio llegó, y le permite despedirse de los aficionados cara a cara, como se merece, pues el español ha sido la referencia de pilotaje esta temporada frente a la superioridad de Red Bull. Es decir: estaba Sebastian Vettel con su intratable RB9 en su propio mundo y, después, Alonso sacando petróleo de la nada. Su subcampeonato (con 43 puntos más que Mark Webber, tercero) dice mucho de su talento, de su perseverancia, de su constancia -este año algo mermada debido precisamente a la necesidad de experimentar y arriesgar más de lo normal para compensar la carencia mecánica-, de su conducción, de su manera de seguir adelante sin rendirse, como ese coyote que nunca se da por vencido para atrapar al correcaminos, aunque sepa que sea imposible. Pero es lo que tiene jugar con ACME.

LA CABEZA SE ESTABILIZA

La carrera ha sido, una vez más, una buena combinación de adelantamientos y estrategias. El circuito brasileño sigue siendo un escenario desafiante, pintoresco, diferente, propicio a las luchas y divertido; todo lo contrario a un 'tilkódromo'. Y eso nos dejó buenas imágenes para la videoteca desde la salida, con Nico Rosberg ganándole la posición a Vettel, y Alonso perdiéndola con Lewis Hamilton. Poco después era Webber quien se desembarazaba del inglés de Mercedes decidido a acabar en el podio en su última carrera en la Fórmula 1.

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Salida del Gran Premio de Brasil

Poco iba a durar el liderato de Rosberg, pues Vettel le adelantó en la primera oportunidad que tuvo, al mismo tiempo que Alonso hacía lo propio con Hamilton, en la recta principal, para deleite del buen aficionado. Desembarazarse de Rosberg fue más complejo y, cuando Webber adelantó a Hamilton, estaba claro que el australiano de Red Bull iba a por el español para seguir la estela de su compañero de equipo y hacer un último doblete.

En la cuarta vuelta, Alonso por fin completó sus ataques al Mercedes con un limpio adelantamiento sobre Nico que le dejaba en la segunda posición. Un buen espejismo que la ausencia de lluvia no terminó de cuajar: poco tardaría Webber en darle alcance -tras superar a Hamilton en la séptima vuelta por el exterior de la primera curva- y rebasarle. Ocurrió en la decimotercera vuelta, y nos regaló una bonita lucha limpia entre dos grandes amigos y pilotos. En ese momento, Vettel disponía ya de diez segundos de ventaja sobre su compañero de equipo, segundo.

MERCEDES, SUBCAMPEÓN DE EQUIPOS

Ambos Mercedes se intercambiaron las posiciones (Hamilton, cuarto; Rosberg, quinto) en la undécima vuelta después de que el equipo le dijera al alemán que no frenara a su compañero si tenía problemas con los neumáticos.

Felipe Massa también fue progresando destacadamente hasta llegar a la quinta posición tras pasar al alemán de las flechas plateadas. El error de Red Bull en la parada de Webber le dejó en bandeja la segunda posición de nuevo para Alonso. Sólo una vuelta después, el australiano recuperó su lugar gracias, también, a unos neumáticos medios más nuevos frente a los duros de Alonso. La bonita lucha entre ambos entretuvo a los aficionados, pero el español no pudo recuperar el segundo lugar, que ya se quedaría Mark definitivamente.

Por su parte, Massa completaba una gran actuación llegando a la cuarta posición, justo detrás de Alonso, pero lo estropeaba todo metiendo las ruedas en la isleta de entrada a boxes, algo prohibido y advertido especialmente en la reunión de pilotos previa a la carrera, lo que le valía una penalización de paso por boxes que destrozó su carrera ya que cayó al octavo lugar, y hacía desvanecerse el ya de por sí complejo subcampeonato de constructores de Ferrari, que finalmente se llevó Mercedes -y que quizá se merecía más que la escudería italiana-.

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Nico Rosberg y Lewis Hamilton en paralelo

TIEMBLA, SCHUMACHER

Hamilton veía recompensada su buena carrera con un cuarto lugar meritorio. Pero de nuevo el inglés hacía gala de aquellas extrañas y polémicas maniobras por las que los aficionados tanto le amaron u odiaron, y se tocó con Valtteri Bottas en el giro 48. El campeón de 2008 estaba siendo presionado por el Williams y, al defender su posición (primero por dentro, luego por fuera), se abrió sobre Valtteri y causó la colisión que dejó al finlandés fuera de la pista y a su Mercedes con una rueda pinchada y una penalización de paso por boxes que le arruinaba definitivamente la carrera (terminó noveno).

Justo en ese momento los chicos de Red Bull se despistaron y no prepararon todos los neumáticos de Vettel para que realizara su segunda parada (que rodaba tan lento que algunos doblados le adelantaron), por lo que perdió mucho tiempo hasta hacerle a Webber esperar en boxes. Un curioso incidente que no peligró el doblete aplastante de los de Milton Keynes. Un doblete que hizo a Webber y Vettel olvidarse de sus eternas rencillas para celebrar lo que están protagonizando: un hito en la historia del automovilismo.

El alemán firma su 39ª victoria en Fórmula 1, la decimotercera del año y la novena consecutiva. Y sólo tiene 26 años. A su edad (a principios de 1995), Michael Schumacher 'sólo' tenía un Mundial y diez victorias. Desde luego no es justo comparar épocas y circunstancias, pero si hablamos de récords, en eso se basan completamente los números de la Fórmula 1. Si pensamos que a Vettel le quedan muchos años todavía por delante en la Fórmula 1, quién sabe qué es capaz de conseguir.

EL ADIÓS DE WEBBER

Pero eso es adelantarse a los acontecimientos y jugar con especulaciones. Lo que hoy nos toca narrar es el presente, y es suficientemente apabullante como para mirar al futuro lejano. Vettel ha hecho de los roscos sobre el asfalto su marca de la casa, algo que no volveremos a ver el año que viene, pues el sufrimiento de la mecánica le hará contenerse (al menos en las primeras carreras). Massa intentó hacer algo parecido para despedirse en su casa de su mono rojo, pero no le quedó tan bordado.

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Felipe Massa se abraza s sus mecánicos

La cara descubierta de Webber dando la vuelta de honor es una imagen muy curiosa, sin duda, que también pasará a la historia. Aquí termina la carrera deportiva del australiano que tuvo la mala suerte de toparse en el camino con el huracán alemán de Vettel, lo que le relegó a un claro segundo plano, del que no debemos subestimar sus nueve victorias, sus cuarenta podios y sus trece Pole Position. Su carrera en Fórmula 1 no ha sido nunca fácil y, tras pasar por Minardi, Jaguar y Williams, llegó al recién renombrado equipo Red Bull Racing (resultado de la compra de Jaguar) en 2007.

Ese año se produjo el primer encontronazo con quien iba a ser su 'pareja imposible: Vettel. En el Gran Premio de Japón (en Fuji), Hamilton frenó bruscamente detrás del coche de seguridad, haciendo que Webber se quedara prácticamente clavado en la pista y fuera embestido por Vettel, entonces piloto de Toro Rosso, que no pudo evitarle. El australiano culpó y criticó duramente al alemán por su frenazo, y entre él y Vettel no hubo problemas.

Cómo imaginar que pronto ambos estarían sentados en la misma escudería, y que su relación nunca terminaría de cuajar. Hoy es hora de decirle adiós y recordar los buenos momentos, como se hace en las despedidas, y recordarle como ese gran personaje que supo plantarle cara al huracán Vettel sin despeinarse, diciendo lo que pensaba a la cara y sin amedrentarse.

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Mark Webber se despide de la F1

NUESTRA TEMPORADA NO TERMINA NUNCA

Y así termina la temporada de 2013, la de la mala suerte. Claro, que la mala suerte siempre tiene varias caras. Nadie podrá decirle a Christian Horner o a Vettel que han tenido mala suerte. Ni siquiera a Alonso, con un coche tan inferior y, a pesar de eso, subcampeón mundial. La suerte al final no existe, pues todo es consecuencia del trabajo. Buena prueba es que Ferrari no ha sido subcampeón mundial de constructores pero Alonso sí el de piloto.

Nuestra suerte es seguir narrando este apasionante deporte después de tantos años de emociones y fidelidad de unos lectores sabios como pocos. Pero nuestra temporada no termina, pues seguiremos informando, investigando, desentrañando los secretos y evidencias de la Fórmula 1.

Y durante este período vacacional entre temporadas, viajaremos al pasado para revivir la historia, visitaremos circuitos olvidados, repasaremos carreras míticas, recordaremos pilotos convertidos en héroes, rescataremos bólidos bellos, feos y curiosos… Todo para mantener caliente la gasolina de nuestros corazones y sobrevivir a este invierno boreal. Así que no apaguen los motores; nuestra temporada no termina nunca.