El Gran Circo busca una segunda casa en Estados Unidos y Long Beach suena como una de las candidatas para volver a acoger este espectáculo, del que no es sede desde 1983. Ocho ganadores, entre los que se encuentran nombres como Carlos Reutemann, Gilles Villeneuve o Niki Lauda, pudo ver este GP desde su nacimiento en 1976. Ahora la F1 está pensando en incluirlo de nuevo en el calendario.

El supervisor del trazado, Chris Pook, ha dicho que no es un secreto que la F1 quiera volver a California y se una a Austin como segunda cita estadounidense del campeonato. Long Beach, donde actualmente se disputan pruebas de la categoría IndyCar, se postula como el complemento perfecto a Texas, que este año celebrará su tercer GP.

De acuerdo con Orange County Register, el jefe de la F1, Bernie Ecclestone, le escribió al alcalde de la ciudad, Bob Foster, el año pasado para transmitirle su interés de que la F1 volviera a Long Beach.

"Quiero reiterar que esto es sólo para hacer una oferta y que la ciudad vea que hay alternativa. Si les gusta, bien. Si no, nos iremos", aseguró Pook hace dos semanas, quien insiste en que la F1 debería volver a Long Beach, sobre todo porque añadiría incluso más dinero a la economía local que el que la Indycar ya proporciona a la ciudad.

"Sólo queremos la oportunidad de exponer nuestro caso para que sea considerado. Que lo miren y que pongan el asunto sobre la mesa. Es todo lo que estamos pidiendo", añadió Pook en una reunión en el club centenario de Long Beach esta semana.

En una entrevista con los medios locales, Pook aprovechó para desmentir algunas de las desorbitadas cifras que manejaban los detractores del regreso del Gran Circo a la ciudad norteamericana. Mientras que admite que la superficie del circuito actual necesitaría ampliarse para cumplir los requisitos de la F1, el coste (que se alcanzará según el promotor) es menos que lo que se estima.

"La gente ha estado diciendo que costaría 100 millones de dólares y ese número se ha quedado grabado en las cabezas de la gente. Ni se acerca a esa cifra", señaló este promotor.

Sobre las renovaciones, en sus propias palabras, costarán 9,2 millones de dólares, dando por hecho que se tendría que construir un edificio de dos pisos en la recta principal de Shoreline Drive como centro de las operaciones del Gran Circo y un hospitality con suites de lujo.

Además, Pook también avisó de que los promotores no cobrarán a Long Beach por acoger la carrera (había sido mencionado que se les haría pagar 25 millones de dólares) y se devolverán todos los costes a la organización. Por lo tanto, los beneficios de cambiar de las Indycar Series al Gran Circo serían, a juicio del británico, enormes.

"Los ingresos netos por Austin en 2013 fueron 4,9 millones de dólares y de Texas, 17,2 millones de dólares. El valor de la F1 consiste en que proporciona nuevo dinero. Las carreras atraen a público de todo el mundo. Estaríamos hablando de nuevos clientes", finalizó.