Se puede ser el piloto más rápido con el coche más veloz y, sin embargo, perder contra tu compañero de equipo. Es precisamente lo que le ha sucedido a Lewis Hamilton, que mañana tomará la salida del Gran Premio de Canadá por detrás de su coequipier y enemigo íntimo, Nico Rosberg, que se ha alzado con una impecable Pole Position en el circuito de Gilles Villeneuve. El líder del Mundial ha demostrado que no lo es por casualidad y que puedesoportar la presión quizá un punto mejor que Hamilton, rasgo suficiente para neutralizar el pequeño extra de talento del piloto de Stevenage. Rosberg no lo ha escondido, le debe la Pole al trabajo continuo con sus ingenieros para mejorar su rendimiento en unos puntos muy concretos donde la telemetría le revelaba inferior a Lewis, que había sido más veloz que Nico durante las tres sesiones de entrenamientos libres e incluso durante las primeras fases de la calificación. De esta manera, Mercedes rubrica el que ya puede considerarse el mejor arranque de temporada de la historia en cuanto a resultados de calificación, con siete dobletes consecutivos desde Australia.

Por otro lado, este resultado de Rosberg golpea directamente la maltrecha moral de Hamilton, que no ha podido capitalizar su mayor rapidez durante gran parte de las carreras iniciales en una ventaja en el campeonato, un pago elevado por el abandono en el primer GP de la temporada y por la Pole que nunca consiguió en Mónaco por la sospechosa maniobra de Rosberg en la curva Mirabeau, otra posible muestra -y así hay que tratarla, ya que los comisarios de Montecarlo la juzgaron legal- de la infalible astucia del hijo de Keke. Sin embargo, el resultado de hoy ejercerá con toda probabilidad el efecto contrario sobre el poleman, que hoy ha sido sin discusión, y sin banderas amarillas, el más rápido del pelotón. Hamilton ha fallado la frenada para la chicane 8-9, aunque el piloto sólo ha nombrado el tráfico en pista como responsable parcial de su particular 'fracaso'. Mañana seguirá la intensa lucha psicológica, y también la que se libra con el volante entre manos, entre los dos pilotos que monopolizan hasta el momento la primera línea de las parrillas en la Fórmula 1 'turbohíbrida'.

Si la Pole de Rosberg podría considerarse una sorpresa en este escenario, todavía lo es más el tercer lugar de Sebastian Vettel, con un Red Bull lento en las rectas pero muy efectivo en curva y pilotado con maestría por el tetracampeón del mundo, que ha acariciado con su estela el hormigón de cada muro de la isla de Notre Dame para anteponerse a los dos coches del equipo Williams, justificadamente fuertes en Canadá al arrimo de la potencia de su propulsor Mercedes. En realidad, Vettel ha sido sólo 41 milésimas mejor que su compañero Daniel Ricciardo, pero el australiano exhibía una inédita tensión bajo su perenne sonrisa al bajarse del RB10; tiene la sensación de que pudo hacerlo mejor esta vez, y su error no es baladí: superado por los Williams, su elevadísima velocidad punta ejercerá de muro entre Daniel y su redivivo compañero. Su esperanza es la lucha fratricida entre los monoplazas decorados con las bandas rojicelestes de Martini, con un Valtteri Bottas que ha ganado por la mínima a Felipe Massa justo en la carrera que el paulista creía controlada a su favor en el marcador interno de Williams.

Ferrari y la decepción
En la séptima posición encontramos a Fernando Alonso, que no reprocha nada de su mejor vuelta y que, de hecho, le ha metido cuatro décimas limpias a su compañero Kimi Räikkönen, que saldrá décimo. El español ha exprimido su F14T hasta sus límites, pero éstos se han demostrado cortos para pelear no sólo con Mercedes, sino también con Red Bull y Williams, un panorama descorazonador si consideramos la probada efectividad de las mejoras del coche escarlata para la pista quebequesa. La esperanza de Ferrari pasa por una mayor resistencia a la degradación que algunos de sus rivales, ya que ese factor se ha anunciado hoy más relevante de lo que vimos en los Libres de ayer tras la sustancial subida de las temperaturas en el circuito de Gilles Villeneuve, que se esperan cálidas también para mañana. En cualquier caso, es menudo consuelo para un equipo que no brilla en circuitos lentos y tampoco en los rápidos.

La afición española tampoco encontrará aliento en el octavo puesto de Jean-Éric Vergne a los mandos del Toro Rosso, ya que el francés ha firmado una gran calificación después de los problemas que su equipo ha arrastrado durante todo el fin de semana con la unidad de potencia, y ha borrado del mapa a un Daniil Kvyat aquejado por problemas en los frenos. En cualquier caso, una cuarta fila en parrilla no es el tipo de resultados que pondrán fácil la sucesión de JEV en el equipo de Faenza, un relevo que podría tocar de cerca a Carlos Sainz Jr., el líder de la World Series 3.5 by Renault, que ultima su formación antes de presentar su candidatura a un asiento en la categoría reina.

En la segunda mitad de la tabla, las sorpresas han sido muchas menos. Cierra la tabla el Sauber de Esteban Gutiérrez, que no ha podido tomar parte de la sesión después de chocar contra el muro de la chicane 3-4. Tampoco Pastor Maldonado ha podido luchar en plenitud, ya que la electrónica de su Lotus E22 ha dicho basta cuando aún no había terminado la Q1. Para tranquilidad de Pastor, su compañero Romain Grosjean tampoco ha logrado brillar en la Q2 y saldrá decimocuarto, aunque él no se llevará una reprimenda como el venezolano por no haber dejado el volante del Lotus perfectamente situado en su columna de dirección para facilitar el trabajo de los comisarios. Finalmente, los Marussia han vuelto a batir a los Caterham, curiosamente con Max Chilton por delante de Jules Bianchi.

Desde CarandDriverTheF1.com, mañana seguiremos en directo el Gran Premio de Canadá desde unos minutos antes de las 14:00, 20:00 hora peninsular española. Hasta entonces, puedes consultar los tiempos y la narración de la sesión de calificación del GP de Canadá aquí.