Con el objetivo de conseguir un aumento de la emoción cada fin de semana, tanto en los televisores como en la pista, el propio Luca Cordero di Montezemolo, en representación de Ferrari, anuncia que, si hace falta, se reunirá con el jefe de la F1, Bernie Ecclestone, para estudiar más posibles modificaciones que vuelvan a poner en alza al deporte.

"Si él no la hace, la haré yo. Es mi deber", afirma Montezemolo en unas declaraciones recogidas por la publicación Focus.

Así, el italiano insiste en la necesidad de recuperar la originalidad del Gran Circo de inmediato. En disconformidad con las reglas actuales, cuya complejidad considera excesiva, anima a su revisión en pro del espectáculo.

"Todo eso ya no tiene encanto. Tenemos que hacer algo urgentemente. Las reglas son demasiado complicadas y los corredores pilotan como taxistas", aseguró el de Ferrari.

Otro de los aspectos que más lamenta Montezemolo es la variación que se ha producido en los monoplazas este año, que hacían que estos, a principios de temporada, fueran más lentos, a una velocidad muy similar a la de la GP2, debido a la reducción de la aerodinámica, que aumentó hasta cinco segundos los tiempos por vuelta respecto a campeonatos anteriores.

Aunque el problema de la velocidad se solucionó gracias al progresivo desarrollo de los V8, el ahorro de combustible y la degradación de los neumáticos han obligado a los pilotos a gestionar, una a una, cada vuelta, de tal forma que, ahora, se valora más la inteligencia y la estrategia que el velocímetro.

Los cambios en el modus operandi del Gran Circo son motivo preocupación para Montezemolo, al que le disgusta que los pilotos "deban ahorrar gasolina y neumáticos, en vez de ser rápidos. Eso ya no lo entiende ningún espectador, tanto delante del televisor como en la tribuna. Antes simplemente ganaba el mejor hombre con el mejor coche", finalizó.