Red Bull llega a la séptima prueba del calendario y lo hace con ganas de que se repita la actuación de Daniel Ricciardo de 2014, edición en la que el australiano ganó en Montreal. Sobre su victoria del año pasado, el compañero de Daniil Kvyat revela que desde la anterior temporada, algo de cariño sí que le ha tomado al trazado Gilles Villeneuve,

"Posiblemente ganar aquí me ha hecho querer un poco más el circuito Gilles Villeneuve pero realmente me ha gustado desde la primera vuelta, cuando estaba pilotando para Toro Rosso. Recuerdo volver al garaje y exclamar ‘¡vaya circuito!’. Estaba impresionado de lo bueno que era y sólo había completado una primera vuelta de instalación. Te lo pasas ridículamente bien. Puedes saltar por los bordillos y das saltos por todos los lados. Es como volver a los días de karting, sientes que te pertenece y me encanta eso. Te puede poner agresivo y casi rozar el muro. Hay mucho riesgo pero eso descarga mucha adrenalina. Sería maravilloso si lo hicieras solo pero con 100.000 fans gritando, es genial. Algunos pilotos van a lo seguro y sacrifican media décima pilotando limpio, otros se arriesgan. Cuanto más cerca pases, más rápido serás. Si rozas ligeramente el muro, te sentirás muy bien. Si lo rozas demasiado, se acabó", comenta el de Perth.

Sobre la ciudad de Montreal, Daniel destaca que durante el fin de semana hay un gran ambiente y mucha fiesta, incluso a veces en exceso para los pilotos, que deben estar concentrados para rendir en el Gran Premio. "La ciudad es impresionante. Hay grandes lugares para comer y beber, además del hecho de que Crescent Street está cerrada para una gran fiesta. Toda la ciudad se implica en la carrera y te da la impresión de que abrazan al Gran Premio. Hubo una fiesta el año pasado pero me contuve y me fui a la cama a la 1.30 de la mañana. Hay un punto en el que se acaba la adrenalina y de repente, estás absolutamente cansado. Recuerdo caerme en la cama pensando que había sido una locura de día. Por fortuna, el equipo está hecho de mejor madera y continuaron con la fiesta. No les vi en el desayuno al día siguiente", comenta entre risas.

Por su lado, Kvyat enumera las características que hacen de esta pista una tan especial, además de advertir la peligrosidad de la cercanía de los muros. "Una vuelta en el circuito Gilles Villeneuve es bastante intensa pero diferente a Mónaco. Las rectas son largas pero tienes grandes zonas de frenado. Lo sientes como si fuera un trazado urbano por los muros pero es más tradicional y clásico. Sin embargo, tiene algo único, es un lugar estupendo para pilotar. Es genial para los pilotos y las carreras son normalmente muy emocionantes así que tengo ganas de que llegue", declara el ruso.

En cuanto a la ciudad en sí, Daniil comenta que aunque él no ha estado muy vinculado con la misma, el que sí que siente de verdad pasión por Montreal es su entrenador, gracias al que ha descubierto una pequeña afición deportiva.

"El ambiente siempre es bueno. Hay mucha gente y parecen saber mucho de F1, lo que está genial. Es una buena ciudad, pero si te soy sincero no he salido mucho allí. De todos modos, a mi entrenador le gusta mucho por el hockey. Es un ex jugador de hockey así que le encanta estar allí. Hemos visitado el estadio y he visto algunos partidos en la televisión porque se juega cuando estamos allí así que él siempre lo está viendo. Tengo a un buen equipo de hockey, Salavat Yulaev Ufa, en Rusia, pero atraviesan tiempos difíciles ahora. Son de mi país así que por eso les apoyo. No soy un gran fan de este deporte pero desde que conozco a mi entrenador, les he seguido un poco más y lo disfruto, sobre todo cuando Rusia gana a Finlandia", finaliza.