Carlos Sainz ha aprovechado sus días de descanso en Madrid antes de encarar el Gran Premio de Rusia para acercarse al circuito del Jarama, donde este fin de semana se disputa la novena cita de la temporada del Campeonato de Europa de Camiones en el que participa Antonio Albacete.

El joven piloto de Toro Rosso se ha atrevido a ponerse a los mandos del camión Man de Albacete para, tras la pertinente explicación sobre lo que hacer para aprovechar sus vueltas al trazado del Jarama, dar unas vueltas al trazado en el cual le ha cogido el ritmo al pilotaje del camión en la primera media vuelta.

En la recta alcanzaba los 160 km/h de velocidad máxima ya en su primera vuelta, y prácticamente desde el inicio ha apurado la frenada al límite de la adherencia del camión, deslizando incluso de las cuatro ruedas

"He flipado porque me imaginaba que era un armatoste poco o nada racing, más camión que otra cosa, y menos vehículo de carreras. Pero mi idea estaba totalmente equivocada. Me ha gustado mucho y se nota que hay una gran preparación en el camión, no imaginaba que fuera tan de carreras. Me ha sorprendido y me ha gustado la experiencia", ha dicho al bajarse del camión.

"Tiene mucha potencia y se siente con absoluta claridad, son 1200 CV, y cuando abres gas se siente mucho la llegada de los caballos y pierdes tracción con mucha facilidad. En mi primera vuelta ya he ido derrapando, me daba mucha confianza y es muy noble de respuesta".

La comparación con sus sensaciones a los mandos de un Fórmula 1 era evidente y el madrileño ha señalado que, aunque no tienen nada que ver, ha superado sus expectativas.

"No se puede comparar el Camión con un Fórmula 1, sería muy injusto para el camión. Pero insisto en que es mucho más de carreras de lo que yo esperaba. El paso por curva, la aceleración, la velocidad y el par motor, el grip… Es muy de carreras".

Sobre la experiencia, la ha descrito como "espectacular": "Ha sido una sorpresa muy agradable y una sorpresa total su funcionamiento, antes admiraba mucho a Antonio Albacete por lo que hace, y ahora lo admiro aún más. No es el vehículo de carreras más difícil de pilotar que he conducido en mi vida, pero no es nada fácil, sencillamente porque no es fácil gobernar una mole de 5.400 kilos con la que se pueda llegar a apurar más allá de los cien metros en el final de recta. Es espectacular", ha proseguido antes de dejar claro que, si le ofrecen volver a subirse, lo haría encantado.

"¿Qué si me gustaría pilotar un camión de carreras en el Campeonato? A mi todo lo que tenga ruedas y un motor me gusta, y si Cepsa me invita yo me subo al camión y me lo paso bien. Me apunto este fin de semana a hacer una carrera, y si ahora no puedo, pues más adelante, quizás dentro de unos años, porque ahora estoy bastante ocupado", ha concluido.