Los rivales de Red Bull e incluso el jefe supremo de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, ha admitido que su simpatía por los ex campeones del mundo es baja, en medio de la crisis por el suministro de motores. Después de haber terminado el acuerdo con Renault antes de tiempo, la compañía de bebidas energéticas está amenazando con sacar a sus dos equipos de este deporte, si los fabricantes Mercedes o Ferrari no les rescatan.

Sin embargo, la escudería de Christian Horner está comprometida contractualmente a permanecer en la Fórmula 1, al menos, hasta el año 2020. Así que de marcharse, Ecclestone podría demandarles. "Red Bull podría ponerse en pie en el tribunal y decir: 'Sí, tenemos un compromiso, pero no tenemos un motor", aseguró al diario The Independent el mandatario de casi 85 años de edad.

"Mi argumento sería: Usted firmó el contrato para competir. Deberías haberte asegurado cuando se suscribió este contrato que teníais un motor", continuó Ecclestone en una conversación con el periodista de negocios de la F1 Christian Sylt.