La pista de Londres, de 2,925 kilómetros, se encuentra en Battersea Park y es un trazado estrecho, sinuoso junto al río Támesis. Es un circuito urbano difícil, pero esto ya es habitual para los pilotos e ingenieros. Este año los coches deberán completar 33 vueltas, en lugar de las 29 que se disputaron el año pasado. Es por esto que la gestión y el consumo de batería serán completamente diferentes en comparación a 2015. Este año será más exigente y jugará un papel importante en los resultados finales de la carrera.

El francés Stéphane Sarrazin (de Venturi) cuenta con claras posibilidades de ubicarse entre cinco mejores pilotos de la temporada y éste es el gran objetivo para el equipo. La temporada pasada, en Londres, logró la pole y lideró la carrera del domingo hasta la línea de meta, pero le descalificaron debido a una falta de comunicación de radio, que dio como resultado un exceso de consumo.

"Tenemos un coche muy bueno, fue eficiente en varias carreras y queremos demostrar que somos competitivos en esta categoría y que tenemos metas realistas", ha explicado Sarrazin "En lo que va de la temporada estuvimos en los puntos de cada carrera y en el podio una vez (Long Beach). Queremos continuar con esa buena cerrar en Londres y cerrar la temporada de la mejor manera posible", ha añadido.

Venturi también todavía tiene la oportunidad de cerrar la temporada entre los cinco mejores equipos. Para que esto suceda, los dos pilotos tendrán que sumar puntos fuertes. Mike Conway mantiene la misma actitud positiva que su compañero de equipo.

"Va a ser genial correr en casa, no voy a dormir en mi cama, pero voy a estar cerca de ella", ha bromeado Conway. "Pero en serio, será genial tener a los aficionados allí, mis amigos y familiares. Una carrera en casa siempre es grande y Londres es una ciudad increíble. Tenemos mucho que dar en las dos últimas carreras", ha añadido.