Las 24 horas de Daytona de 2017 supusieron el estreno dorado para los nuevos vehículos, los Daytona Prototype international (DPi), que consiguieron imponerse sobradamente a los Le Mans Prototype 2 (LMP2) europeos, algo que no resultó una sorpresa visto el reglamento técnico de los DPi así como los resultados de los test previos al comienzo de temporada en el 'Roar before the Rolex 24'.
Los Cadillac DPi fueron ampliamente superiores al resto de rivales, destacando al ganador, el Konica Minolta de Wayne Taylor, que consiguió la primera victoria de la nueva temporada del IMSA WeatherTech SportCar Championship. Los hermanos Ricky y Jordan Taylor, acompañados del veterano Max Angelelli, que disputó su última carrera antes de su retiro, y Jeff Gordon, la estrella de la NASCAR, se impusieron en un apretado y polémico final al Cadillac de Action Express pilotado por los veteranos Joao Barbosa y Christian Fitipaldi, acompañados en la ocasión por Filipe Albuqerque. Y es que a unos minutos del final, Ricky Taylor y Filipe Albuquerque tuvieron una dura pugna por la primera posición que finalizó en un contacto entre ambos del que Albuquerque salió peor parado, criticando la maniobra con dureza a pesar de que dirección de carrera decidiera no tomar cartas en el asunto. Tras 24 horas de carrera y 659 vueltas completadas, apenas 671 milésimas separaron al ganador de la prueba del segundo clasificado.
El podio lo completó el Riley Mk30 de Visit Florida, con Marc Goossens, Renger Van der Zande y René Rast al volante. Aunque los pilotos realizaron un sensacional trabajo, no pudieron hacer nada ante la falta de competitividad del nuevo vehículo, con una vuelta rápida tres segundos más lenta. Antes de la llegada de la noche, ya tenían cuatro vuelta perdidas que se minimizaron gracias a la aparición de la lluvia y el festival de apariciones del coche de seguridad. Y es que la carrera tuvo todos los ingredientes posibles, comienzo en seco, llegada de la noche, lluvia ligera, lluvia intensa, amanecer, y finalmente pista seca hasta la meta. Todo ello endulzado con un sinfín de incidentes que requirieron la presencia del coche de seguridad en pista, especialmente en el periodo de lluvia, tanto, que el Audi R8 Safety Car, especialmente preparado para estas tareas llegó a quedarse tirado en pista sin combustible.
Desafortunadamente para el espectáculo, el resto de rivales no estuvo a la altura de los Cadillac. El Nissan DPi de Tequila Patron ESM consiguió arañar un cuarto puesto con Sharp/Dalziel/Derani, pero no llego a tener opciones reales de victoria, como tampoco lo tuvieron los Oreca 07 en su estreno. Especialmente decepcionante fue la participación de Rebellion Racing, que con una alineación de élite compuesta por Sebastian Buemi, Nick Heidfeld, Neel Jani y Stephane Sarrazin, sufrieron excesivos problemas para acabar la prueba a 50 vueltas del ganador. Peor aun les fue, y desafortunadamente no es noticia, a los Mazda, ahora adaptados al formato DPi, que no consiguieron terminar la carrera, quedando a más de 120 y 200 vueltas con sus dos unidades, una de las cuales terminó en conato de incendio.
Para no perder las buenas costumbres, la categoría Prototype Challenge (LMPC) hizo un ridículo espantoso del que solo se libró el equipo ganador, el Performance Tech Motorsport de French/O'Ward/Masson/Boulle, que consiguió completar 638 vueltas. Los cuatro restantes, fueron un no cesar de incidentes, provocando continuas y desquiciantes interrupciones del desarrollo de la carrera. Los aficionados llegaron a pedir al campeonato que por favor no permitiera continuar en carrera a las unidades del equipo Starworks Motorsport, que pese a contar con pilotos de la talla de Robert Wickens y Conor Daly, el resto de la alineación no estaba a la altura y mostraba serios problemas para mantenerse por la pista. Por petición o amor propio, Starworks decidió retirar sus coches de la competición las dos últimas de carrera, dejando el podio en manos de los dos vehículos de BAR1 los cuales finalizaron a 22 y 39 vueltas del ganador de la categoría respectivamente.
En la categoría GT Le Mans, Ford continúa con su racha triunfal tras adjudicarse la victoria de categoría en un duelo final apoteósico en el que a falta de 40 minutos para el final de carera, cuatro fabricantes ocupaban las cuatro primeras posiciones. El trío compuesto por Dirk Müller, Joey Hand y Sebastian Bourdais se llevó el triunfo con 652 vueltas completadas con 3'' de ventaja sobre el nuevo Porsche 911 RSR de Patrick Pilet, Dirk Werner y Frédéric Makowiecki, el primer 911 con motor central y que se estrenó con un llamativo espejo retrovisor que no dejó indiferente a nadie. Aunque el 911 tuvo un comienzo dubitativo, con la llegada de le lluvia se pusieron en cabeza, siendo competitivos hasta final de carrera y ganando la segunda posición por apenas 91 milésimas al Ferrari de Fisichella/Calado/Vilander.
Dicho Ferrari, el 488 GTE de Risi Competizione fue un serio candidato a la victoria, especialmente en manos de un inspirado Toni Vilander, pero no consiguió atacar al Ford GT a tiempo y luego sufrió un agresivo adelantamiento del mencionado Porsche. El Corvette C7.R del piloto español Antonio García, Jan Magnussen y Mike Rockenfeller se tuvo que conformar con la cuarta posición, sin premio de podio. Aunque Corvette Racing hizo un trabajo excepcional en boxes, consiguiendo por dos veces entrar en quinta posición y salir liderando la carrera, el laureado piloto español, que fue el encargado de pilotar en el final de carrera, no podía hacer nada ante la mayor velocidad punta de todos sus competidores, viendo impotente como le adelantaban sin poder defenderse en la zona ovalada.
Quinta posición para otro de los Ford GT, cuya victoria ha servido para centrar el centro la atención, pasando inadvertido el hecho de que a pesar de llevar cuatro vehículos cuando Porsche, BMW y Chevrolet llevan dos, y Ferrari solo uno, y de que tenían el vehículo más rápido, finalizaron quinto, séptimo y décimo de categoría. Y carrera para olvidar de los BMW M6 del Team RLL, que en solo una temporada han perdido completamente la competitividad, con una vuelta rápida casi un segundo más lenta que el resto de competidores, y con una unidad que solo pudo completar 15 vueltas antes de retirarse a pesar de contar con una alineación de pilotos como John Edwards, Martin Tomczyk, Nick Catsburg o Kuno Wittmer.
La categoría GT Daytona (GTD) donde se engloba los vehículos con características GT3 volvió a ser la que más inscripción presentó con un total de 27 unidades, con especial atención al estreno de dos vehículos, el Lexus RCF GT3 y el Acura NSX GT3, amén del estreno del Mercedes AMG GT3 en esta categoría que lo había vetado por falta de acuerdo con el fabricante en ediciones pasadas. Y pese a todo, el triunfo se lo llevó el que había sido el vehículo icónico de la categoría desde su creación, el Porsche 911 de Alegra Motorsport, el cual no constaba en la lista de favoritos con los hermanos de Quesada, Morad, Lazare y un competitivo Christensen en la alineación.
Un triunfo luchado pues el Audi R8 de Land-Motorsport pilotado por De Philippi, Mies, Gounon y Schmidt lo intentó hasta la última curva de la última vuelta, teniendo que conformarse con la segunda posición a solo 293 milésimas del triunfo. El podio lo completó el Mercedes de Riley con Christodoulou, Farnbacher, Bleekemolen y Keating al volante, que se lo arrebató al Audi R8 de Stevenson Motorsport.
Gran debut del Acura NSX GT3 que destacó especialmente en lluvia mostrando unas muy buenas condiciones hasta poner las dos unidades en las dos primeras posiciones. Tras 24 horas consiguieron colocar una de las unidades en quinta posición, a 8'' del ganador, mientras que la segunda perdió el capó, que más tarde acabó desembocando en un pequeño incidente que provocó además el último periodo de neutralización de la carrera. El debut de Alex Job con los Audi tras años con Porsche se saldó con una sexta posición con una vuelta perdida.
Séptimo lugar como mejor posición para los problemáticos Lamborghini, los cuales fueron fuente de incidentes durante toda la prueba, incidentes de los que en menor o mayor medida se libró la unidad de Paul Miller Racing, con pilotos de categoría como Calderelli, von Molke, Miller, Snow y Sellers. Hasta la duodécima posición cayó el Aston Martin de Paul Dalla Lana, que estaba realizando una buena actuación hasta que Dalla Lana cometió uno de sus característicos errores que incluyen una larga y problemática excursión por el pasto.
Los actuales campeones de la categoría, Alessandro Balzan y Christina Nielsen, acompañados para la ocasión por Sam Bird y Matteo Cressoni consiguieron liderar la carrera a dos horas por el final hasta que el Ferrari 488 GT3 adoleció del problema que más dolores de cabeza está dando en Ferrari, la rotura del turbo. Tampoco tuvieron una carrera plácida el Lexus RCF GT3 que tras apenas 90 minutos de carrera con Scott Pruett al volante fue directo hasta el muro, provocando daños irreparables. Peor fortuna tuvo uno de los favoritos a la victoria, el Porsche 911 Park Place Motorsport de Lindsey, Bermgeister, McMurry y Siedler, que fue enviado violentamente contra las protecciones por uno de los LMPC.
La caravana de IMSA ahora puede tomarse un descanso hasta la próxima cita de la temporada, las también muy prestigiosas 12 horas de Sebring el próximo 18 de Marzo, tiempo para alimentar polémicas sobre ciertas actitudes vistas en pista, tiempo para meditar sobre la continuidad de los LMPC, que no serán sustituidos hasta 2018 por los LMP3, y sobre todo, para alimentar quejas sobre la siempre polémica Balance of Performance.
