Pasada la mitad de temporada, ni Fernando Alonso ni la unión McLaren Honda han logrado el objetivo de al menos, competir. Las carreras del asturiano suelen reducirse a una gran salida, donde las fuerzas se equiparan, para pasar el resto batallando con pilotos más rápidos que tratan de adelantarle y sobre todo, con su vehículo, que nunca cesa de tener problemas.
Las quejas de Fernando fueron insistentes con el comportamiento del McLaren, especialmente con la caja de cambios, problemas que aparecieron ya en la quinta vuelta y que a juicio de Alonso les estaba haciendo perder 1,5’’ por vuelta. Fernando pidió soluciones insistentemente al muro sin obtener una respuesta satisfactoria.
La gota que colmó la paciencia del asturiano ocurrió cuando el box le pidió seleccionar un mapa agresivo con la tecnología híbrida, ironizando Alonso, que les recordaba que apenas tenían carga de batería. Y si los problemas no fuesen suficiente, apareció Palmer.
De nuevo cuando todos los pilotos consiguen deshacerse del McLaren con facilidad, a Palmer le cuesta. Ambos llegaron emparejados a la segunda chicane del circuito, trazándola en paralelo. Quizás por ir demasiado rápido o quizás por miedo a recibir un golpe de Fernando, Palmer atajó el vértice de la curva, adelantando a Alonso.
Fernando no tardó en preguntar por radio qué es lo que estaba haciendo Palmer, que debería devolver posición. Las vueltas pasaron y los comisarios no sancionaron hasta que finalmente apareció una sanción. No fue devolver posición, que hubiera sido la más lógica, sino una sanción de cinco segundos de tiempo añadido.
“Cinco segundos son una broma”, afirmaba el asturiano. Fernando, acabada la carrera, declaró que los comisarios debían estar tomándose una cerveza, pues es una sanción de aplicación automática. Palmer, que se escapó de Fernando, desapareció del campo de visión del asturiano, que no se percató del abandono del británico hasta que preguntó por boxes que donde estaba. Al responder el equipo que Palmer estaba fuera, Fernando replicó con un nada elegante “karma”, si bien el asturiano tampoco finalizó la carrera.
Palmer evitó entrar a fondo en la polémica, regateando a la prensa del “corre-ve-y-dile”, que no tardó en contarle a su manera el ‘Karma’ de Alonso, respondiendo un escueto “parece estar demasiado preocupado en mi” y finalizando con que ya hablarían para Singapur.
