“Ha sido una carrera terrible, aunque cuarto no está tan mal”. El Gran Premio de México 2018 ya es historia de la Fórmula 1. Lewis Hamilton se coronó como pentacampeón del mundo, igualando la cifra de cinco títulos mundiales de Juan Manuel Fangio; el “padrino”, en palabras del piloto inglés. Cualquiera diría que el de Mercedes acababa de vivir una de sus peores carreras de la temporada. El problema de la degradación de neumáticos resurgió con fuerza en el Autódromo Hermanos Rodríguez. La escudería de Brackley estuvo completamente perdida en la tabla durante todo el fin de semana.

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Ya desde la primera toma de contacto con el trazado, en el FP1, los dos W09 no acabaron de encontrar el ritmo a lo largo de la hora y media de sesión. Se quedaron a segundo y medio de Max Verstappen, quien desde bien pronto propuso su candidatura de favorito. Los dos Renault se colaron por medio, un resultado insólito para los hombres de Enstone y que abría la puerta a un GP fuera de lo habitual.

La confirmación de las extrañas sensaciones en Mercedes llegó con la tanda vespertina. A diferencia de los tiempos por vuelta de Verstappen en el tramo final de la sesión, los cronos de Hamilton eran mucho más irregulares que los del piloto de 21 años, estables y con curvas suaves. De nuevo, el de Stevenage en una posición inusual, en séptimo lugar y a un segundo y tres décimas del holandés.

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“Ha sido difícil con las altas temperaturas en pista. Hemos sufrido ‘graning’". Tras el viernes, Hamilton fue consciente de que se avecinaba un complicado fin de semana. Lo peor llegaría en carrera. El piloto británico salió con el juego de ultrablandos usado, aunque Mercedes no tardó en percatarse de que no durarían demasiado en pista. Hamilton comenzó a reportar constantes quejas por radio. Sus gomas frontales presentaban un graning muy acentuado pocas vueltas después de la salida. La parada era inminente y los alemanes optaron por detener a sus dos hombres en la vuelta 11; de los más tempraneros de los que salían con el segundo compuesto más veloz que Pirelli llevó a la cita mexicana.

Según la marca milanesa, la estrategia acertada o más rápida en carrera sería a dos paradas, salir con el ultrablando, parar en la vuelta nueve, montar un juego de superblando y realizar dos tandas de 31 vueltas –pit stop incluido- con el compuesto más duro.

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*Anotación: Se excluyen los tiempos por vuelta durante periodo de VSC.

Verstappen, líder de carrera, y Vettel, que poco a poco alcanzaba un mejor ritmo, no tardarían en hacer su paso por boxes. Tras la primera parada de Hamilton, el de Red Bull y el piloto germano hicieron lo propio, en las vueltas 13 y 17 respectivamente. Los dos Ferrari fueron de los que más alargaron su primer stint en parrilla.

Llegados a la vuelta 35, ecuador de carrera, se pronunció la primera gran diferencia de registros entre Hamilton y sus dos rivales. Vettel y Verstappen incluso se permitían el lujo de rebajar sus registros al 1:20. Mientras, el crono de Hamilton coqueteaba con el 1:22, entorno al segundo de diferencia por vuelta. El punto de inflexión llegaría con el adelantamiento del alemán sobre el pentacampeón del mundo, con pasada de frenada y excursión por la hierba incluidas. Las gomas de Hamilton estaban “muertas”, según comentaba por radio a su ingeniero de pista. Era el momento de parar. Vuelta 47 y a boxes para montar un juego de ultrablandos usado; Mercedes buscaba bajar los tiempos por vuelta a toda costa, aunque por delante restaban 24 vueltas. La estrategia permitió que Vettel y Verstappen entrasen sucesivamente a los garajes y montar un nuevo juego de superblandos para el compañero de Daniel Ricciardo y uno de ultrablandos para el alemán.

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Los neumáticos de Hamilton aguantaron seis vueltas en tiempos competitivos. Desde ahí, la sangría de segundos fue acentuada. El de Stevenage llegó a rodar en 1:24, cuando cabeza de carrera estaba en 1:19. De hecho, el británico se quedó cerca de cincos segundos para ser doblado por Verstappen. Desde luego, un GP para olvidar para Mercedes en cuanto a gestión de gomas y resultado en la pista, aunque para el recuerdo por ser un nuevo capítulo en la leyenda de Lewis Hamilton, el segundo piloto con más títulos mundiales en la historia de la Fórmula 1.