Las calles de Madrid han sido testigos del funcionamiento de este nuevo Hyundai i10. Debido a su tamaño, se mueve con descaro en el centro de las ciudades, en las que es muy fácil aparcar, con un radio de giro increíblemente bueno y sirviéndonos de los sensores de parking y la cámara de marcha atrás, cuyas imágenes son nítidas incluso en los garajes peor iluminados.
Un salto adelante
Las dimensiones son contenidas y prácticamente idénticas a las del anterior i10, pues sólo crece unos milímetros en sus principales cotas. Esto, unido a una batalla cuatro centímetros más larga y a una recolocación de los asientos, da como resultado un habitáculo más amplio y capaz. Los delanteros son cómodos, unas auténticas butacas con una banqueta relativamente corta y sin la imagen de bacquet que tan de moda se puso en el segmento. Las traseras ahora están homologadas para tres pasajeros, aunque existe una versión con sólo dos, que se corresponde con la Eco –de bajo consumo– y que es la que se sitúa como acceso a la gama por 14.250 euros. El maletero, en cualquier caso, mantiene el volumen del anterior, 252 litros, si bien la boca de carga está algo más baja.
Además de la habitabilidad, el i10 mejora apartados como la conectividad, con un sistema multimedia con pantalla táctil de ocho pulgadas de rápido funcionamiento y con Apple Carplay y Android Auto. También incorpora los asistentes a la conducción vistos en automóviles más grandes –reconocimiento de señales, frenada de emergencia, mantenimiento en el carril–. Desde el puesto de conducción se maneja bien el equipo de infoentretenimiento, más si cuenta con la pantalla táctil de ocho pulgadas, pegada al cuadro de instrumentos y unida a éste con una moldura en negro piano, por lo que forman un todo como en los nuevos Mercedes. Los plásticos duros abundan, como también lo hacen los huecos portaobjetos, como el que hay en la parte superior de la guantera, sin olvidar ésta misma o los cofres de las puertas, en los que caben hasta botellas de agua.
Pero es en el comportamiento donde realmente se aprecia la evolución que ha tenido el coche, por encima incluso de todo lo anterior. En ciudad, como decíamos al principio, nos convence, si bien es en carretera donde comprobamos que el más pequeño de los Hyundai lo es únicamente por aspecto. Por momentos creemos estar a los mandos del i20, dado que la dirección eléctrica y la suspensión, con esquema McPherson delante y eje torsional detrás, funcionan casi al mismo nivel que las del utilitario.
Hyundai i10 - fotos
Un urbanita ejemplar
A nivel de motores, el Hyundai más pequeño está disponible con dos propulsores atmosféricos de gasolina, un 1.0 de tres cilindros y 67 caballos (96 Newton/metro de par, velocidad máxima de 156 kilómetros/hora) y un 1.2 de cuatro cilindros y 84 caballos (118 Newton/metro de par y punta de 171 kilómetros/hora). Ambos vienen de serie con una caja manual de cinco marchas, dejando en opción una automática robotizada con idéntico número de relaciones, una transmisión a la que hay que hay que acostumbrase debido al salto pausado entre las marchas –carece de levas tras el volante–. El primero de ellos es perfecto para los que se muevan principalmente por ciudad dado el bajo consumo que registra, con medias próximas a los 5,5 litros a los 100. El segundo es la opción perfecta para los que necesitan un plus de prestaciones para salir a carretera, pues corre más sin tener un incremento de gasto de carburante (es dos segundos en aceleración).
En verano llega el 1.0 con turbo y 100 caballos asociado únicamente a la terminación N-Line, que realza el lado deportivo del vehículo con detalles como las llantas de 16 pulgadas exclusivas y los paragolpes específicos inspirados en los del i30 N. Las prestaciones de este i10 N-Line serán un buen argumento de compra, con un 0 a 100 estimado inferior a 10 segundos, un auténtico GTI de bolsillo capaz de rivalizar con el up! GTi de Volkswagen que lamentablemente no hemos podido disfrutar en la Península –sí en Canarias–. De momento la hibridación y la electrificación están descartadas porque, según la firma, así se lo piden sus clientes.
¿Con cuál te quedas?
En cuanto a acabados, el i10 de 66 caballos se configura en versiones Essence desde 14.250 euros con la transmisión manual (cuatro asientos, e-Call, aire acondicionado, control de crucero, llantas de 14 pulgadas, alerta de cambio de carril) y Klass por 15.670 euros con cambio manual y 16.570 euros para el automático (cinco plazas, pantalla táctil de ocho pulgadas sin navegador, llantas de 15 pulgadas, arranque en pendiente). Para el 84 caballos, Tecno por 17.745 euros en manual y 18.645 euros en automático (elevalunas traseros, llantas de 16 pulgadas, faros antiniebla) y Style sólo en automático, por 20.245 euros (navegador, climatizador, reconocimiento de señales, carga inalámbrica para teléfonos móviles). Todos estos importes bajan hasta 3.500 euros en el caso de sumar los descuentos que actualmente se pueden aplicar (1.900 euros de promoción de lanzamiento, 1.000 euros por financiar y 600 euros por entregar un coche de otra marca).
Por último, queremos hablarte del lado más humano del i10. Hyundai ha firmado un acuerdo de colaboración con Save the Children por el cual se donará dinero para ayuda sanitaria cada vez que un europeo realice una prueba con este coche. Así que, si estás interesado en el modelo, están tardando en pedir cita en el concesionario más cercano a tu domicilio, primero para comprobar en persona todo lo que te hemos contado y, segundo para ayudar a los más necesitados.
A favor: Diseño. Ganancia de espacio. Comportamiento.
En contra: Precio. Abuso de plásticos en el habitáculo. Sin faros de xenón/led.
