No es un segmento en el que sea fácil competir. De hecho, las marcas denominadas premium acostumbran a dejarlo de lado y es que los denominados "GTI" –en genérico– son modelos de unas características muy concretas y sí, todas ellas las reúne este BMW 128ti que acabamos de probar.

De estos automóviles se espera que sean tan rápidos y sensacionales, como prácticos y confortables. Que presenten el tamaño justo, pero con la estética apropiada. Con mecánicas robustas y eficientes, pero con un rendimiento adicional exclusivo y por supuesto, con una característica común: un puñado de siglas marcadas a fuego en sus carrocerías que los distinguen del resto de los "mortales".

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BMW//Car and Driver

Turismo Internazionale

En BMW estas siglas siempre fueron dos: “ti” y aunque este Serie 1 las recoja de los 323 y 325 Compact de finales de los 90 que algunos bien recordaréis, son mucho más antiguas. Los BMW 1800 y 2002 ti se batieran el cobre con los temibles Alfa Romeo de la época en el Europeo de Turismos de los años 60, de modo que resulta especialmente estimulante encontrarnos con este 128ti hoy en día.

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BMW / Tom Kirkpatrick//Car and Driver

De hecho, nuestro Serie 1 nos impresiona al instante por el formato elegido para mostrar estas letras, gigante tanto en la carrocería –zona inferior de la puerta trasera– como en el interior –reposabrazos central–. La numeración, por cierto, también es inédita. Bien encuadrado entre los 120i y M135i xDrive, el nuevo '128ti’ presenta un precio y un consumo medio mucho más parecido al primero –de 178 caballos y tracción delantera– que al segundo, con 306 y un sistema 4x4 conectable.

bmw 128ti detalle del logo de la carrocería
BMW / Tom Kirkpatrick//Car and Driver
bmw 128ti detalle del logo interior
BMW / Tom Kirkpatrick//Car and Driver

Las cifras oficiales así lo reflejan, con una aceleración de 0 a 100 km/h cifrada en 6,1 segundos; una velocidad máxima auto limitada a 250 km/h y un consumo medio WLTP de 6,9 litros a los 100; este 128ti pierde más de un segundo en el ‘0 a 100’ pero gasta también medio litro menos de gasolina cada 100 kilómetros, respecto al M135i.

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Diego Rueda//Car and Driver

Sin tiempo para analizar bien el consumo, lo que sí que me quedó claro del motor es que gasta bastante más de lo que anuncia pero su rendimiento también es muy próximo al del ‘M’. Con el precio sucede todo lo contrario: hablamos de 43.700 euros que son solo 7.300 más que el 120i de serie –ojo que añadiendo extras muy básicos se acerca más aún–, y 10.300 menos que el M135i. Las cuentas nos salen, pero llega la hora de que la carretera dicte sentencia.

Muy cerca de los M Performance

Te das cuenta nada más lo tienes delante, pero la sensación de estar conduciendo un deportivo de pura cepa, aumenta a medida que los kilómetros a los mandos de este 128ti se suceden. El puesto de conducción es muy acertado, pues nos deja en una posición baja, con las rodillas semiflexionadas y el pomo del cambio muy a mano.

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BMW//Car and Driver

Lástima que no hablemos de una transmisión manual y sí de la Steptronic de ocho velocidades que aunque más burguesa, resulta una solución muy efectiva. Las levas de un volante de aro grueso y forma muy ergonómica, nos permiten saltar entre sus 8 velocidades con precisión y extraer la mejor melodía y también el mayor rendimiento, de un 2.0 turbo de los que tienen agallas.

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Tom Kirkpatrick//Car and Driver

Lleno a medio y bajo régimen, el motor del 128ti se reserva una estirada final contundente y un diferencial autoblocante Torsen así como unos neumáticos Michelin Pilot Sport 4 –225/40 R18–, vigilan que todo este potencial se transfiera al asfalto de forma magistral. Una suspensión rígida pero con buena capacidad de filtrado, una dirección precisa marca de la casa y unos frenos tan resistentes como dosificables, componen un GTI de diez, al que solo le falta una letra.

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Tom Kirkpatrick//Car and Driver
A favor: Respuesta y tacto del propulsor. Capacidad de tracción y agarre en curva. Calidad general y confort.
En contra: Cambio Steptronic obligatorio. Algunas configuraciones estéticas. Precio respecto a los competidores