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El Citroën C4 X se fabrica en la planta que Stellantis tiene en Villaverde, por eso es más madrileño que un bocata de calamares de ‘El Brillante’. Este ‘chulapo’ llega para seguir la moda de los todocaminos coupé, muchas veces, en segmentos inalcanzables para la mayoría de los conductores. Pero Citroën, como marca ‘popular’, le pone remedio, como ya hacen algunos de sus rivales, tipo Renault: toma la base de su compacto C4 y alarga la trasera para darle ese aire coupé. En realidad, las modificaciones estructurales del coche son más profundas, ya que ha habido que cambiar toda la caída del techo, alargar el voladizo trasero 24 centímetros y evolucionar la estampación de los paneles laterales traseros.
El resultado lo tienes ante ti. Un vehículo de diseño muy llamativo y con un habitáculo pensado para una familia media española, bien rematado y con un maletero de 510 litros, 130 más que los que ofrece el C4 del que parte.
Ficha técnica del Citroën C4 X BlueHDI 130 CV automático
- Largo: 4,60 m
- Ancho: 1,80 m
- Alto: 1,52 m
- Batalla: 2,67 m
- Maletero: 510 l
- Depósito combustible: 50 l
- Altura libre: 156 mm
- Peso: 1.395 kg
- Motor: turbodiésel cuatro cilindros, 1.499 cc, 130 CV
- Par: 300 Nm a 1.750 rpm
- Transmisión: delantera, automática convertidor de par de 8 velocidades
- Aceleración 0 a 100 km/h: 10,8 s
- Velocidad máxima: 206 km/h
- Consumo medio WLTP: 4,8 l/100
- Emisiones C02: 126 g/km
- Etiqueta medioambiental: C
- Precio: desde 23.155 euros Puretech Feel; a partir de 28.055 euros BlueHDI Feel Pack
Citroën C4 X - fotos
Habitabilidad del Citroën C4 X
Efectivamente, éste es uno de los puntos más importantes de analizar en este vehículo. Como decíamos unas líneas más arriba, la gran novedad de este automóvil es la zaga y, por tanto, su maletero, más capaz que el de su hermano. Son 510 litros muy aprovechables, como hemos dado cuenta en nuestros periplos vacacionales. Lo único que no hay portón como tal, sino una portezuela al más puro estilo sedán. No pesa nada y un crío puede subirla y bajarla sin apenas esfuerzo (hay que tener cuidado de que no se pille los dedos). Debido a que la boca de carga no es muy grande, existe dificultad para llegar hasta el fondo del cofre por lo que, literalmente, hay que doblarse para acceder hasta allí.
Delante, conductor y acompañante encuentran una presentación original. Sorprende la gran calidad de acabados presentes en el coche, con mix de plásticos blandos en el salpicadero y duros en la zona inferior con muy buen aspecto, todo ello acompañado de un ensamblaje a la altura. Las guanteras que tienen ambos a su disposición son numerosas: a las de las puertas (no muy capaces) se añaden la tradicional con tapa frente al copiloto más una bandeja aparte, el portabebidas doble con persianita, un pequeño cofre en la parte inferior de la consola modulable (encima está la base de carga inalámbrica para teléfonos) y el apoyabrazos central. Existen tomas USB tipo C y la tradicional, justo debajo del climatizador, que tiene mandos físicos; es una gozada manejar los selectores circulares…
Detrás conviene añadir que el espacio es bueno para dos adultos. El techo solar opcional que monta el C4 X no resta centímetros a la cota de altura interior. Los pies se pueden meter bajo el asiento. Aquí hay aireadores y también tomas USB, dos detalles de confort a tener en cuenta. Un niño pequeño, en su silla, viajará muy bien y podrá ver el paisaje por la ventanilla e ir entretenido… durante unos minutos.
Tecnología del Citroën C4 X
El conductor tiene a su disposición un pequeño cuadro de mandos de cinco pulgadas en el que se muestra la información básica: autonomía, kilómetros recorridos, velocidad a la que se circula y control de crucero adaptativo. La piña derecha tiene un botón en su extremo que sirve para manejar el ordenador de a bordo, pero esta información desaparece a unos pocos segundos (aproximadamente cinco). Si el conductor desea saber qué medias de gasto de carburante está haciendo, tiene que hacerlo así, pues no existe un menú específico en el multimedia para ir informado, o al menos, no lo hemos encontrado (en el anterior equipo multimedia sí existía esta posibilidad).
Quien está a los mandos también disfruta de un Head up Display que se despliega cuando arrancamos; existe la posibilidad de ocultarlo si así se desea, aunque funciona tan bien y es tan práctica que recomendamos su uso constante, pues refleja datos como la velocidad y el límite de la vía.
El infoentretenimiento es totalmente nuevo y destaca por su rápido funcionamiento. La pantalla de 10 pulgadas está colocada en una posición alta y es muy accesible. Cuenta con botones auxiliares: a la derecha, la tradicional ruleta para subir/bajar el volumen, y debajo, dos pulsadores, uno que da acceso a la pantalla genérica (una casita) y otro a los asistentes a la conducción (dibujado un coche). Los tres son de gran utilidad y complementan muy bien al propio multimedia. El navegador informa de radares y permite añadirlos en caso de que por la vía por la que se circule hayan instalado uno. Cuenta con conectividad Apple CarPlay inalámbrica.
Prueba de conducción del Citroën C4 X BlueHDI
Queremos darle una oportunidad más al diésel a pesar de la demonización institucional que se está labrando. ¿Por qué? Por el nivel de eficiencia alcanzado por estas mecánicas. Además, en el momento de escribir esta prueba, el litro de gasóleo está más barato que el de la gasolina: puede que no por mucho tiempo, pero son de media 15 céntimos por litro cuando no más. La única motorización diésel del C4 X es el propulsor BlueHDI de 130 CV, que viene de serie con cambio automático de ocho velocidades, una transmisión de tipo convertidor de par, de suave funcionamiento y con levas para manejarlo de forma secuencial. Se trata de un bloque que cumple con sus funciones; no es deportivo, pero empuja bien a partir de 1.600 revoluciones. A 120 km/h gira a 2.000 vueltas y no se deja notar en exceso en el habitáculo, salvo cuando se ‘ahoga’, por lo que se aprecian ciertas vibraciones y un sonido mayor. Cuando levantas el pie del acelerador para aprovechar la inercia, por normal general entra en funcionamiento la navegación a vela (pone punto muerto, 800 rpm).
Este propulsor realmente nos conquista por lo poco que gasta. Durante nuestra prueba de largo alcance, en el que hemos hecho más de 2.000 kilómetros, el Citroën C4 X BlueHDI ha registrado una media de 4,6 litros a los 100, con la práctica totalidad de los recorridos con el aire acondicionado puesto y, como mínimo, dos ocupantes y equipaje.
Por defecto, cuando inicias la marcha, el mantenimiento de carril va siempre activo, pero es demasiado intrusivo y hace correcciones constantes; afortunadamente se desactiva en tres pasos. No tiene memoria por lo que, si paras a repostar, tendrás que repetir la operación de desconexión.
Los asientos van tapizados en cuero opcional (casi 1.000 euros). Cuentan con reglajes eléctricos, función masaje para el conductor y añaden la calefacción. En verano son calurosos y si se conduce con pantalón corto, el sudor de la piel hace que ésta se quede pegada al cuero. Por tanto, es un extra totalmente prescindible para los calurosos.
Por lo demás, se trata de un coche perfecto para viajar en familia por lo confortable que es. Cuenta con los amortiguadores de topes hidráulicos, como otros Citroën, de ahí que ‘acune’ a los ocupantes, aunque hay veces que echamos en falta algo más de firmeza, principalmente en curvas, para que la carrocería no baile tanto (no es cuestión del peso del C4 X en sí). Su dirección eléctrica también es una delicia de manejar, sobre todo, en ciudad, pues ayuda en las maniobras.
Precio y equipamiento del Citroën C4 X BlueHDI
El Citroën C4 X BlueHDI se articula con dos niveles de acabado: Feel Pack y Shine; queda fuera Feel, que se reserva al Puretech de 130 CV. A igualdad de motorización y equipamiento, el C4 X es sólo 500 euros más caro que el C4 normal del que parte en la versión probada, lo que lo hace más atractivo aún debido a la ganancia de maletero y la mayor exclusividad que da su carrocería tipo coupé. Un Citroën C5 Aircross Feel Pack BlueHDI 130 CV automático arranca en 34.700 euros.
- Citroën C4 X Shine BlueHDI 130 CV Automático, desde 30.345 euros
En el caso de la unidad de pruebas, lleva como extras la bonita pintura Rojo Elixir (780 euros), los asientos tapizados en cuero y calefactados (988 euros), el pack HiFi de audio (364 euros), el techo practicable (832 euros), y el pack Drive Assist + Highway Driver Assist (208 euros). Por tanto, el Citroën C4 X Shine BlueHDI 130 CV automático que ha pasado por la redacción tiene un PVP de prácticamente 33.306 euros, un precio alto para tratarse de un Citroën de gama media, pero correcto si tenemos en cuenta la calidad que ofrece, el espacio, la eficiencia energética y, sobre todo, el equipamiento. Su rival directo, el Renault Arkana también es muy interesante, pues está a la venta desde 28.168 euros en el nivel de acceso equilibre y el motor TCe de 140 CV mild hybrid (el francés no tiene motorizaciones diésel).
De serie, el C4 X Shine trae llantas de 18 pulgadas, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, cámara posterior, freno de mano eléctrico, faros led, kit antipinchazos, Head Up Display, lunas traseras tintadas, climatizador bizona, acceso y arranque manos libres, pantalla digital, retrovisor interior electrocrómico, mantenimiento en el carril, equipo multimedia de 10 pulgadas…
Valoraciones del Citroën C4 BlueHDI
A favor: diseño de la parte trasera muy bien integrado, calidad de fabricación alta, autonomía que se consigue con el motor BlueHDI, caja de cambios automática suave, sistema multimedia evolucionado.
En contra: precio alto para tratarse de un modelo de gama media, portezuela del maletero, sin vista del ordenador de a bordo en el infoentretenimiento.
