Dentro del segmento de los SUV, el Qashqai y el Kuga son probablemente los modelos más populares del mercado. Su éxito comercial está avalado por unas mecánicas solventes y un comportamiento dinámico de primer nivel. Ambos vehículos cobran de nuevo actualidad porque acaban de ponerse al día con cambios importantes.
En el caso del Kuga, las novedades afectan levemente a la estética, pero también a sus dimensiones, ya que es casi 10 centímetros más largo, mejorando así la habitabilidad trasera, uno de los puntos más críticos de la anterior generación. El maletero ha ganado en capacidad, concretamente 82 litros, y el equipamiento tecnológico puede llegar a ser muy completo.
En Nissan, por su parte, han optado por una actualización estética más leve y lo más inédito es sin duda la llegada del nuevo propulsor dCi de 130 caballos, desarrollado en colaboración con Renault. Como veremos, es todo un prodigio de suavidad y silencio de marcha, todo ello con un consumo bastante contenido.
Un todocamino debe ser sinónimo de polivalencia y tanto el Kuga como el Qashqai lo son. La habitabilidad es una de las características destacadas a la hora de elegir un coche de estas características. En este apartado el Ford ha mejorado mucho, ya que sus cotas traseras eran de las inferiores en el segmento. Ahora las plazas posteriores son bastante más amplias que antes, sobre todo, en distancia para las rodillas. En anchura, debido en parte al diseño de las banquetas de las butacas, hay menos espacio.
Registro medio
En el caso del Qashqai su amplitud en las plazas traseras es muy parecida a la del Kuga, aunque por anchura se muestra algo superior. Donde penaliza es en la capacidad del maletero, inferior al de su rival. En este apartado hay que señalar que existe una versión denominada Qashqai +2 que permite añadir una tercera fila de asientos, por un sobreprecio de unos 3.000 euros.
Para aprovechar la capacidad de carga que ofrecen ambos modelos hay que optar por motorizaciones 'solventes'. Para ello las opciones turbodiésel de potencia media son plenamente capaces de moverlos en carretera, incluso con ciertas dosis de deportividad, pero con diferencias.
En Ford han recurrido al conocido bloque 2.0 TDCi –fabricado conjuntamente con PSA– que ya ha mostrado su fiabilidad en otros modelos de la marca. Es un motor que sube bien de revoluciones y es bastante elástico, por lo que tiene un buen rango de utilización. Además se acompaña con una buena puesta a punto del cambio, con una palanca que ofrece un tacto de utilización y una precisión excelente. En recuperaciones, incluso en sexta velocidad, ofrece unos registros muy aceptables. En contra partida tiene un consumo medio bastante superior con respecto a su rival.
Efectivamente, la llegada del eficiente propulsor 1.6 dCi de origen Renault, a la gama Qashqai ha supuesto todo un revulsivo para éste. Es un bloque que destaca sobre todo por un tacto de uso muy suave y un consumo muy ajustado, que gracias a un depósito de 65 litros permite contar con autonomías cercanas a los 1.000 kilómetros. Este motor sustituye al anterior 2.0 TDCi de 150 caballos, y aunque se han 'perdido' caballos, la cifra de par es similar, lo que se traduce en una buena capacidad de uso, si bien es menos elástico que el de su rival y, además, el cambio no ayuda en exceso, dado que tiene un tacto mejorable, más si queremos realizar transiciones de marcha con rapidez.
Para todos los caminos
Kuga y Qashqai poseen con tracción integral, aunque en condiciones normales de utilización se comportan como un tracción delantera, para reducir así el consumo. Si hay pérdidas de motricidad parte del par disponible puede ir al eje trasero, pero en este apartado el Nissan va un paso por delante ya que el conductor cuenta con un selector con tres modos de uso: '2WD', tracción delantera; 'Auto', que varía automáticamente el reparto del par entre ambos ejes, y 'Lock', que distribuye por igual la potencia pero hasta 40 kilómetros/hora. Contar con este sistema aporta un plus de seguridad principalmente en condiciones de adherencia deficiente.
En carretera las diferencias no son tan apreciables, ya que ambos modelos tienen con sistema de suspensión independiente que mejora el comportamiento dinámico en conducción rápida. Sus tarados equilibrados permiten además acometer viajes con comodidad e, incluso, alguna escapada off road extra. ¿Quién da más?
