Con una plataforma un poco más larga entre ejes y una carrocería de mayor capacidad, Audi se inventó sobre el A3 la interpretación Sportback. Desde su primera generación de 2004 nos pareció un coche perfecto en cuanto a su equilibrio general entre cualidades dinámicas y prácticas. La actual edición, aún más perfeccionada, resulta igual de convincente y, después de probarlo, nos sigue dejando esa idea de que este podría ser perfectamente nuestro coche ideal. Analizando todos sus componentes uno por uno, difícilmente lo pondremos en un brete e igual nos servirá para usarlo intensamente en el día a día como para emprender un largo viaje con plena comodidad y unas garantías mecánicas de máximo nivel.

Pero he aquí que el nuevo Mercedes CLA viene a darle un sobresalto al pluscuamperfecto Sportback. Su deriva va por otros derroteros y, tomando como base el recién estrenado compacto de la marca, le inyecta toda la seducción del CLS, la gran berlina cupé que ha marcado estilísticamente a la marca de la estrella en los últimos tiempos.

Su crecimiento en tamaño no ha ido en pos de aumentar la habitabilidad, sino en ofrecer un coche más atractivo estilísticamente, aunque conservando unas dimensiones razonables para no perturbar a las berlinas ‘genuinas’ de Mercedes. Siendo muy distintos entre sí, el Sportback y el CLA juegan los dos a ser diferentes y otra opción para los que no se conforman con un compacto convencional.

La gama de Audi y Mercedes no coincide en estos modelos en cuanto a potencias. Pero sus motores de gasolina superiores, el TFSI de 180 caballos y el 250 del CLA son los que más se parecen en respuestas y personalidad. La diferencia de caballos a favor del CLA 250 se compensa en parte con una mejor relación peso/potencia del Audi, que consigue repuestas de aceleración y recuperación muy similares en general.

En el CLA encontramos también por debajo el motor 200 de 156 caballos, más próximo en precio al Sportback de 180. Pero la diferencia de respuestas es mayor que respecto al CLA 250, que también es el máximo de potencia del modelo –con permiso de la preparación AMG–. Otro factor que iguala esta diferencia es el cambio automático de doble embrague del Audi, que aprovecha mejor la potencia. El del Mercedes, también de doble embrague y siete velocidades, no es tan rápido y se mantiene más tiempo en la zona de altas revoluciones, obligando a actuar con mayor frecuencia sobre las levas tras el volante. Esto, unido a su mayor potencia y cilindrada, deriva en un consumo sensiblemente mayor del Mercedes.

Tire, Wheel, Mode of transport, Vehicle, Automotive design, Land vehicle, Automotive tail & brake light, Alloy wheel, Car, Road, pinterest

Por lo demás, ambas mecánicas de cuatro cilindros impresionan por su extrema discreción en cuanto a sonoridad y vibraciones. Las respuestas son muy suaves y progresivas, no dando la impresión al volante de manejar tanta potencia y haciéndose muy fáciles de conducir.

Mejorada a conciencia de generación en generación, la plataforma del Audi A3 se comporta en el Sportback de forma impasible ante los intentos de desestabilizarla. Ligeramente subvirador, el Sportback mantiene la trayectoria contra viento y marea y no se inmuta ni en los cambios de apoyo ni sobre asfaltos irregulares, sobre todo si va equipado de la suspensión adaptativa Magnetic Ride –opción que cuesta 1.465 euros–, y que mantiene siempre la carrocería nivelada.

MARCADAS DIFERENCIAS

Puede que el CLA no sea tan preciso e infalible como el Sportback. Pero nos brinda incluso mayor placer en la conducción. Su dirección no es tan directa y su eje trasero se hace notar más en las curvas, aportando un incipiente sobreviraje que nos hace pensar en un propulsión trasera. Sin ser tan riguroso como el Audi, el Mercedes mantiene una estabilidad excelente pero con un toque suplementario de picante que apreciarán mucho los amantes de la conducción deportiva.

En cuanto a comodidad de suspensiones, ambos coches ofrecen muy buen filtrado. Aunque en el Audi la suspensión sport que mejora notablemente el comportamiento en curvas muestra demasiada rigidez sobre los baches a baja velocidad. En el Mercedes también podemos acudir a las suspensiones deportivas del paquete AMG pero, al contrario que en el Audi, no merecen la pena ni por su precio ni por la merma de comodidad que experimenta el chasis, suficientemente eficaz con la equilibrada amortiguación estándar.En ambos modelos, experimentamos mucho placer al conducir. En el Audi por su extraordinaria precisión, en el Mercedes por sus siempre agradables sensaciones al volante. En esto, los dos están casi a la par con sus homólogos compactos, pues en la práctica no se notan diferencias en la conducción con los A3 o Clase A de los que derivan, a pesar de unas dimensiones y unos pesos ligeramente mayores. Si no miramos hacia las plazas posteriores, nos parecería conducir cualquiera de ellos.

Es detrás donde podemos encontrar una diferencia sustancial. En el Audi apreciamos una gran luminosidad y visibilidad dada su gran superficie acristalada. La carrocería nos ofrece una altura considerable para este tamaño de coche y el amplio portón nos abre una generosa boca de carga. En el CLA, los pasajeros traseros sufrirán agobio si sobrepasan 1,70 metros, la bella caída de la carrocería les restará centímetros e incluso en el Clase A dispondrán de mayor espacio en general, aunque en su descargo hay que decir que dispone de mayor cantidad de espacios aprovechables que el Audi.

Tire, Wheel, Mode of transport, Automotive tail & brake light, Automotive design, Vehicle, Mountainous landforms, Land vehicle, Mountain range, Car,