No hemos querido romper la barrera de los 300 kilómetros/hora en un deportivo de 500 caballos ni buscarle las cosquillas a los GTI del momento en una carretera de montaña; ni siquiera nos hemos dedicado a analizar cada uno de los extras que incluyen las berlinas de representación actuales. No, en esta ocasión, hemos decidido afrontar un verdadero reto, ése al que te enfrentas cada día: llegar en hora al trabajo en una ciudad tan congestionada como Madrid.
Por este motivo, en nuestra imaginaria línea de salida puedes ver tres vehículos 'algo' más diferentes de lo habitual. Ni son atletas ni comparten un ápice de su fisionomía, pero se trata de los tres medios de transporte más eficaces en la urbe. En primer término, nos encontramos con un scooter y ¡de 125 centímetros cúbicos! Se trata del Kymco Yager GT 125i, que se maneja con el carné B –el de coche– y cuenta con un motor con 12 caballos de potencia, listos para recorrer los 12 kilómetros que separan la estación de Metro de Las Tablas de la de San Bernardo.
Un trayecto lógico
Por el carril central, con 3,82 metros de largo y 1.160 kilos de peso, el Mini reivindica su faceta urbana pese a todo y se apoya en el inédito 1.5 turbo de sólo tres cilindros y 136 caballos para ganar unos valiosos metros a nuestra flamante Kymco en la salida. Tal y como acordamos, Pedro viaja en su inseparable Mini y yo en la moto, mientras que, por su parte, Carlos ha apostado por la solución más simple y también la más ecológica: coger un convoy de seis vagones y 107 metros de longitud que no sólo no entiende de semáforos ni atascos, al parecer también 'vuela'.
En el Metro de Madrid, nuestro compañero tiene tiempo de leer el periódico, actualizar su Twitter y hasta escribir el encabezado de alguna de las pruebas que leeréis a continuación; en cambio, renuncia a la independencia de nuestros vehículos y a vistas tan hermosas como las de la Puerta de Europa. A este punto –Plaza Castilla–, Pedro llega bastante antes que yo gracias a que el tráfico le respeta considerablemente en la víspera del puente de mayo. Sin embargo, no tardo en tener acceso al carril bus de la Castellana e incluso alterno la marcha entre éste y el central precipitándome a toda velocidad hasta el Santiago Bernabéu. En este ramal se agradece especialmente el puesto elevado de la Yager así como su capacidad para salir rápido de los semáforos.
Mientras me conformo con mirar el estadio, mis compañeros escuchan en la radio las últimas declaraciones de Cristiano y hacen sus cábalas sobre la Liga, interesante para mantener una buena conversación en el trabajo siempre que ésta no sea lo tarde que has llegado.
Desde luego, no va a ser mi caso; una mirada al reloj digital del cuadro –detalle de agradecer– me da la razón, son las 8:45 y me aproximo a la glorieta de Quevedo con la certeza de que llego primero y la tranquilidad que me da la aguja del combustible, ni se ha movido después de recorrer 12 intensos kilómetros.
¿Quién esperó a quién?
La Kymco finaliza el recorrido en 16 minutos, con un gasto aproximado de 3,5 litros a los 100 kilómetros y por si todo esto fuera poco, aparca en la puerta. Un desayuno en el Mimberbar, el Café de la esquina, me sirve para ponerme al tanto de la actualidad –incluida la deportiva– minutos antes de que Pedro detenga su Mini delante de la moto. Trae la chaqueta menos arrugada y sus gafas de sol están más limpias que las mías, pero ha tardado 15 minutos más en un día de tráfico benevolente. Y os estaréis preguntando, ¿qué pasó con Carlos? Tranquilos, el Metro no se lo llevó ‘volando’ a ningún sitio pero le dejó dos minutos después, exactamente a las 9:03, una hora absolutamente indignante para el hombre más puntual de la redacción.
La vencedora: Kymco Yager GT 125i
No hay duda, la Kymco es bastante más rápida que los mejores urbanos y suburbano de la ciudad. Nos ha convencido porque sale bien desde parado, frena con contundencia y cuenta con un chasis más rígido de lo que esperábamos. Pero quizá sus mejores virtudes sean el puesto de conducción, alto y con suelo plano, y su generoso radio de giro, ideal para moverse entre coches.
