No hablamos de súper hérores, sino de dos coches urbanos que han sido modificados para sumarse, desde su particular punto de vista, a la fiebre de los todocamino. Más preparado, el Fiat Panda Cross es un auténtico todoterreno a escala ya que tiene un kit específico compuesto por defensas protectoras delantera y trasera, ganchos de remolque en el frontal, barras en el techo, neumáticos M+S, suspensión elevada 10 milímetros respecto al Panda 4x4 del que parte y la eficaz tracción integral con bloqueo de diferencial, todo de serie.

Este auténtico arsenal nada tiene que ver con lo que ofrece Opel en el Adam Rocks, una apuesta más desenfadada y juvenil que prefiere emular a vehículos camperos sin llegar a serlo realmente. Además, en lo único que se diferencia del Adam ‘normal’ es en puntos como la mayor distancia al suelo, unas defensas en plástico sin pintar como las que luce su rival y típicas también en vehículos de un segmento superior –Skoda Scout, por ejemplo– y el techo de lona integral que ‘descapota’ al Rocks hasta 140 kilómetros a la hora.

Mejor en carretera
Precisamente por su origen rutero y la configuración que tiene, el Adam Rocks se pasea mejor por el asfalto de la ciudad y de carreteras que por el campo, aunque se permite pequeñas excursiones por pistas en muy buen estado, eso sí siempre pendientes de no dañar las llantas de 18 pulgadas que equipa nuestra unidad de pruebas, aunque existe la posibilidad de montar unas más razonables de 17, que vienen de base en el acabado elegido. Tampoco ayudan en estas excursiones los neumáticos en medida 225/35 que llevamos, más propios de vehículos compactos y de algún que otro utilitario deportivo.

La sonoridad del Panda es particular: los dos cilindros recuerdan a una moto

Cosa distinta ocurre en el Panda Cross, donde nos encontramos con unas ruedas más ‘juguetonas’ de 15 pulgadas y en tamaño 185/65 que, además, son M+S –mud and snow, barro y nieve–. Ellas ya nos garantizan un excelente agarre fuera de la calzada aunque la gran valedora en este sentido es la transmisión integral permanente. En condiciones normales reparte un 98% de par al eje delantero, si bien envía todo al trasero al detectar el más mínimo problema, aunque también nosotros podemos variar la distribución si seleccionamos uno de los tres modos para sortear mejor obstáculos.

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En lo que respecta a propulsores, el 1.0 turbo del alemán empuja con ganas en torno a 2.000 vueltas, mientras que el 0.9 Twin Air, un auténtico prodigio por ser bicilíndrico, se queda algo más corto de caballería. Hay que recurrir al cambio con frecuencia, pues la sexta está diseñada para reducir el gasto de carburante.

Gran herramienta
En el mercado, no hay un TT más capaz y asequible que el Panda; podría encajar un Dacia Duster con el bloque 1.6 de 105 caballos –algo menos de 13.000 euros–, pero viene con bastante menos equipamiento y es 62 centímetros más largo que el Fiat. Con el transalpino nos divertimos y nos sentimos seguros a partes iguales. El Opel, por su parte, es un auténtico capricho por calidad de fabricación, gagdets y asistencias a la conducción –merece la pena el avisador de ángulos muertos y la ayuda al aparcamiento asistido–, tanto que puede ser un digno rival de Mini One. Y eso que apenas hemos hablado de su extensísimo catálogo de personalización

Precio, equipamiento y ficha técnica del Fiat Panda Cross 4x4 Twin Air 90 caballos

Precio, equipamiento y ficha técnica del Opel Adam Rocks 1.0 T 115 caballos

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