Sonrisa tímida. Casi sin resignación. Ya no le duele. Fernando Alonso se bajaba del anémico F14 T y enfilaba la zona de periodistas de aquella manera tras lograr la sexta plaza en calificación por delante de los McLaren y, una vez más, de su compañero Kimi Raikkonen. Hasta 15 veces ya ha terminado por delante del finlandés los sábados. Datos, simplemente. Pero eso es otra historia.

Sexto y con una unidad de potencia al límite. Una vieja no usada desde China. Así lo contó el español: "Pensamos en montar un motor nuevo y salir desde el pitlane, pero al final montamos uno viejo que no usamos desde China". Pintan bastos en carrera para Alonso y Ferrari. Esperanza en una buena salida e ir improvisando. No hay lugar para la imaginación de posibles milagros.

"Veremos, ayer tuvimos más problemas de los que pensábamos. En años anteriores, la carrera fue claramente a una parada, podíamos dar 25 vueltas con un juego de neumáticos, mientras que ayer sólo dimos 12 ó 13 y acabamos al final de la vida del neumático delantero. Así, creo que puede ser una carrera claramente a dos paradas respecto a otros años. A ver qué pasa, necesitaremos una buena salida si es posible. Luego habrá que ir improvisando, pero tampoco vamos a esperar ningún milagro", comentó el bicampeón tras la calificación.

El caso, para los más optimistas, es que fue imposible ser osado con Williams y Mercedes que coparon los cuatro primeros puestos de forma insultante. Y un Ricciardo que se colaba en la quinta posición. Rosberg en la pole y Hamilton a su vera. Inseparable dupla acostumbrada al dualismo amor-odio. Mañana más en la batalla americana. ¿Objetivos para Alonso? Acabar la carrera. Lo dice un piloto de una Ferrari en el que ya llora hasta el caballo.

"Acabar la carrera, ver dónde estamos. Podemos salir desde el pitlane e intentar remontar con toda la potencia motor, o intentar salir entre los 10 primeros y mantener esa posición. Creo que nos da más posibilidades de puntos no salir desde el pitlane, y hacer una carrera intentando defendernos. A ver qué pasa, porque hemos tenido problemas fiabilidad, pero también los Mercedes. Está Ricciardo cuarto y queremos mantenernos en la clasificación de constructores a la misma distancia. Digamos que hay objetivos pequeños, pero nada particular. Vamos a intentar hacer lo mejor posible", finalizó el asturiano.

Lo mejor está por llegar…pero no en 2014. Tres carreras para que acabe la pesadilla del dominio de Brackley y sus flechas plateadas. Eterno ‘Halloween’ en Maranello. Tal vez detrás de esa sonrisa conformista de Fernando se esconda el as en la manga. El proyecto ilusionante que alimente a un desnutrido gen competitivo. No desvela su futuro pero el rictus es distinto. El 2015 suscita sonrisas de verdad en Alonso. Hay esperanza en la deriva.