McLaren ha dado un paso adelante a la hora de gestionar el rendimiento de sus pilotos, o al menos eso asegura Zak Brown, CEO de la marca británica. En el pasado, corredores como Sergio Pérez y Kevin Magnussen no acabaron adaptándose al equipo y pasaron fugazmente por las instalaciones de Woking.

Sucedió algo similar con Fernando Alonso en 2007. El divorcio era evidente a mitad de temporada, concretamente tras el polémico Gran Premio de Hungría. Sin embargo, aquella mala experiencia no ha impedido que el español regresara a la mítica marca para protagonizar, eso sí, sus años más frustrantes de su trayectoria en F1.

Pese a ello, el piloto asturiano ha conseguido sacar el lado bueno de varios años decepcionantes; primero con Honda y seguidamente con un motor Renault que no ha estado a la altura. Alonso se ha adaptado a una situación delicada participando en otras categorías y buscando nuevos retos. Decisiones para las que McLaren siempre ha dado su visto bueno.

“Creo que Alonso es el mejor ejemplo de cómo funciona McLaren a día de hoy”, afirma. “Cuando Fernando estuvo aquí hace diez años, esa relación no funcionó. Y aquí estamos, teniendo tres años bastante pobres y creo que nunca se ha visto a Fernando sonreír tantas veces como lo ha hecho. Eso es porque le dejamos operar de una manera en la que creo que disfruta del ambiente y lo aprovechamos al máximo”, concluye.