La Fórmula 1 se está acercando a un periodo de tensión con respecto a la normativa para 2021. La propuesta de la nueva generación de motores ha dejado insatisfechos a algunos equipos, siendo Ferrari la principal voz de la oposición. La Scuderia amenazó con abandonar la categoría si no se hacen cambios en la normativa para que sea más acorde con sus intereses, pues consideran que la búsqueda de unas unidades más estandarizadas no es el camino que debería seguir la competición.

Todo parece indicar que no habrá una propuesta más definida con respecto a los motores hasta que Liberty Media y Ferrari no lleguen a un acuerdo. Los propietarios de la Fórmula 1 ya han avisado de que estarán dispuestos a ceder ante las exigencias de la marca italiana hasta cierto punto al tener unas bases que son innegociables para los equipos.

“Ferrari tiene una importancia única, pero tienen que ser tratados como el resto de equipos. Queremos que sigan formando parte de la categoría ya que queremos cambiar el deporte para que vaya a mejor, no los equipos. Se puede llegar a acuerdos, pero el principal objetivo es innegociable: el interés de los aficionados es lo más importante. Tenemos que mejorar el espectáculo en pista. La aerodinámica no ayuda y me dicen que también es problema de algunos circuitos”, declaró Chase Carey al Corriere della Sera.

"La estructura económica actual es insostenible para la mayoría de escuderías"

El Pacto de la Concordia llegará a su fin 2020 y no será renovado. El director ejecutivo de la Fórmula 1 tratará de aprovechar esa situación para realizar modificaciones en el modelo económico de la categoría para beneficiar a los equipos. Nuestro objetivo es crear un deporte saludable para los equipos y los aficionados. La estructura económica actual es insostenible para la mayoría de escuderías. Si hay un equipo en venta, nadie lo quiere comprar, ni siquiera por un dólar. Queremos que entren nuevos equipos y sean protagonistas. Eso no quiere decir que debamos reemplazar a los existentes, sino que tenemos que reavivar el deseo de participar de aquellos que están fuera, explicó.

La posible llegada de un tope presupuestario podrían ser buenas noticias para los equipos con menos recursos. Aunque el establecimiento de un límite no ha funcionado en el pasado, Carey asegura que ayudaría a construir un futuro mejor para la Fórmula 1. “Antes era voluntario y a aquellos que no lo respetaban no les pasaba nada. Intenta buscar ahora mismo a alguien que te diga que los costes tienen sentido. Es absurdo. Respetamos el ADN, la tecnología, pero nuestra meta es crear un gran deporte y no apoyar a grandes, pequeños o nuevos equipos. Ni siquiera a fabricantes o independientes. Estamos gastando dinero en la dirección equivocada”, comentó.