Si tras Australia, decíamos que a Renault le costaba cada vez más tapar sus vergüenzas, después de que mostrase un pobre rendimiento en pista acompañado de problemas de fiabilidad, la situación no ha mejorado tras el Gran Premio de Bahréin.

En esta ocasión, se puede afirmar que Nico Hülkenberg estuvo fuerte durante todo el fin de semana, con Ricciardo con más altibajos que su compañero de equipo. Tras una aceptable sesión de clasificación, los de amarillo estuvieron sólidos en carrera, especialmente, de nuevo, en manos de Nico, ya que con Ricciardo se optó por una estrategia arriesgada que no funcionó como se esperaba.

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Hülkenberg rodaba estable en sexta posición. Ricciardo intentaba aguantar en la zona de puntos. Hasta la vuelta 53, a cuatro de finalizar la carrera, cuando de forma irónica y casi cruel, los dos RS19 se detenían en pista, apenas separados por 100 metros, con diferentes problemas.

El vehículo de Ricciardo se paró, según el piloto, con un problema de MGU-K. El de Hülkenberg lo hizo con aparente rotura mecánica, quizás turbo, quizás motor térmico. Sea como sea, un doble abandono y componentes, que como en el caso de Sainz en Australia, irán a la basura.

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De poco sirve un aumento del rendimiento si la fiabilidad no cumple los mínimos exigidos. Abiteboul es consciente de la cada vez mayor presión que tiene sobre sí, y de las pocas excusas que le quedan. Renault, como Ferrari y Mercedes, comenzó la era híbrida en 2014. Desde entonces, muy pocos éxitos, muchas roturas, y una gran inversión sin retorno. Para 2019, los franceses rediseñaron gran parte de la unidad de potencia, buscando encontrar el rendimiento que temporada tras temporada Mercedes y Ferrari le han sacado. Sin embargo, se han encontrado más problemas que soluciones.

Tras dos carreras en las que se esperaba que el fabricante galo se asentase en la cuarta posición, acercándose a Red Bull, nada parece ir como esperaban, y ya ni pueden beneficiarse de los errores de Haas. Tres abandonos con el equipo principal, y solo la séptima posición de Nico Hülkenberg con la que sumar puntos. De los motorizados por Renault, solo Lando Norris ha logrado acabar las dos carreras, logrando además el mejor puesto de estas unidades de potencia, con el sexto lugar de Bahréin.

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Irónicamente, la rotura de los Renault, provocó la salida del coche de seguridad que impidió que Red Bull lograse junto a Honda su segundo podio consecutivo. Un contraste que puede llegar a ser mucho más duro de lo que Abiteboul se podría haber imaginado. Cyril era incapaz de esconder su cara de furia por el paddock, intimidando a cualquier periodista que hiciese el amago de preguntar.

Sus declaraciones institucionales, vacías de palabras, sin explicaciones. Es consciente del mal momento por el que pasa su equipo, y especialmente, que el crédito que ha podido tener, explicando una y otra vez que el de Renault era un proyecto a medio plazo, comienza a agotarse, y ni el esfuerzo que el equipo ha realizado haciéndose con hombres como Budkowski o Daniel Ricciardo, parecen dar sus frutos.

Mientras, el que ha sido el paraguas del fabricante francés durante todos estos años, Honda, continúa acumulando puntos, y lo que es más importante, ha finalizado las dos carreras con sus cuatro vehículos, sin adolecer de una fatal de potencia en sus motores. El cuento ha cambiado.