Lewis Hamilton aseguró matemáticamente el campeonato del mundo de 2017 en el Gran Premio de México, a falta de dos carreras para el final de la temporada. Antes de esa cita, donde finalizó en novena posición tras un toque en la primera vuelta, el británico había sumado cinco victorias y un segundo puesto contando desde el final del parón veraniego. Esta racha de resultados fue clave porque pudo maximizar sus opciones a la vez que Sebastian Vettel sufría diferentes problemas que le restaron puntos.

Pero desde entonces, Hamilton no sumó ninguna victoria. Un accidente en la Q1 de Brasil le relegó hasta el fondo de la parrilla, aunque pudo remontar hasta el cuarto puesto. En Abu Dhabi fue batido por su compañero de equipo Valtteri Bottas, a quien no fue capaz de atacar a pesar de que estuvo a una distancia menor a un segundo durante algunos momentos de la carrera.

Este bajón de rendimiento recuerda al que tuvo en 2015 tras proclamarse campeón en Estados Unidos. Después de esa cita, Hamilton fue claramente superado por Nico Rosberg y no mostró el mismo ritmo que durante el resto de la temporada, si bien no se bajó del podio en esas tres carreras. Aun así, el británico considera que su bajón de este año no fue peor que en otras ocasiones.

“Creo que otros años mi rendimiento ha bajado más que este. Esta vez, he intentado centrarme más en ello pero estaba haciendo otras cosas y celebrando. Aun así, creo que he pilotado relativamente bien, pero no diría que estaba al 100% en comparación al resto del año. Cuando ganas, ganas. No importa que queden dos carreras, tienes que disfrutarlo. Lo hago e intento hacer mi trabajo, pero no es tan fácil”, admitió Hamilton.