Williams no termina de solventar los problemas de inicio de temporada. Si el retraso a la hora de poner en pista el FW42 no hubiera sido suficiente para los de Grove, éstos se han visto obligados a modificar el espejo retrovisor y su esquema de suspensión delantera está siendo cuestionada por rivales, que ya han pedido a la FIA una aclaración.
En cuanto al espejo retrovisor, éste era cóncavo, algo claramente prohibido por las normas, por lo que sorprende que Wlliams gaste esfuerzo únicamente en intentarlo. Con la forma cóncava, Williams buscaba ganar ventaja aerodinámica, ayudándose de un direccionador de flujo para tal fin. La FIA les instó a modificar el elemento durante la segunda semana.
El segundo elemento a debate sí pondría en apuros a Williams, al ser parte fundamental del diseño del FW42. Los ingenieros de Grove idearon una rótula que permitía levantar el brazo de suspensión de forma notable, con supuestas ventajas aerodinámicas al ser totalmente horizontal.
Según informa Motorsport Italia, la FIA habría instado a Williams a modificar tanto el retrovisor como la suspensión delantera, al no ser capaces de garantizarles que dichos elementos pasen las verificaciones técnicas del Gran Premio de Australia y por lo tanto, pudiendo ser declarados ilegales, invalidando su participación en la carrera inaugural de la temporada.
Aunque los diseñadores están en continua comunicación con la FIA para evitar este tipo de contratiempos, en esta ocasión se ha llegado a esta situación donde un elemento tan fundamental del vehículo y de rediseño complicado no parece estar conforme a las normas a menos de dos semanas del comienzo de la temporada.
Lowe, cuya cabeza pendió de un hilo durante la pretemporada, y que se mostró extremadamente orgulloso de este diseño, vuelve a estar en serios apuros en un equipo cuya cúpula directiva lleva largo tiempo siendo cuestionada por su valía a la hora de manejar un equipo de Fórmula 1.
