En la retirada del coche de seguridad del pasado GP de Singapur, en la tercera vuelta de carrera, nos encontramos con la imagen de un comisario de pista corriendo de un lado a otro después de recoger piezas de fibra de carbono en busca de no ser atroplleado, literalmente, por los coches.

Desde la directriz de la F1 acusan a que los comisarios de los circuitos no cumplen el procedimiento de la FIA. Estre proceso requiere que dirección de carrera confirme que la pista está libre antes de volver a reiniciar la carrera, después de asegurarse que todo es seguro y que no hay ni personas ni piezas en la pista.

Pero, evidentemente, el proceso falló en Marina Bay y por escasos metros podría haber resultado en un fatídico accidente en directo delante de 400 millones de espectadores de todo el mundo que hubiesen visto una muerte nada agradable en directo.

Un portavoz de la FIA anunció que los procedimientos no fueron "correctamente ejecutados" y que "nos tomamos esto muy en serio y no podemos culpar a individuales únicamente. Todo tiene que estar bien hecho para asegurarnos que no vuelva a ocurrir", ha citado para Autosport.

El jefe de Mercedes, Toto Wolff, ya dijo al acabar la carrera que él consideraba lo ocurrido algo muy "peligroso" a pesar de que los equipos han comunicado a la FIA su gratitud por reiniciar las carreras rápidamente. "Ha sido muy peligroso, pero debemos agradecer a dirección de carrera que nos dejó volver a correr sin perder tiempo detrás del coche de seguridad", ha agregado Wolff. "Estoy contento porque al final nadie salió herido".

Uno de los más perjudicados por la peligrosa actitud del comisario fue el líder de la carrera, y quien más cerca se lo encontró, Nico Rosberg. El alemán ganó en Singapur desde la Pole pero dijo al acabar la carrera: "No ha sido una bonita experiencia ver a alguien corriendo por la pista cuando yo voy a 300 km/h. Así que he tenido que tener cuidado. Definitivamente perdí tiempo allí", ha concluido.