Cuando uno llega al GP de Mónaco lo que quiere es rodar lo máximo posible, entender como se comporta el coche en el trazado más sinuoso y peligroso de todo el calendario del Mundial de Fórmula 1. Ver dónde están los límites e irse familiarizando con los muros que rodean el trazado monegasco. Eso es algo que no ha podido hacer Carlos Sainz durante la mañana y ese lastre lo llevará a cuestas todo el fin de semana.
Afortunadamente, por la tarde no ha habido problemas y con la batería ya cambiada, el piloto español de McLaren ha podido rodar con normalidad completando hasta 47 giros en los que su planificación se ha intensificado, ya que los trabajos que no se han podido hacer por la mañana, han sido trasladados a la sesión vespertina. Así que acción frenética para el español. Con el agravante, además, de que ni él ni Lando Norris han podido estar entre los 10 primeros al término del día.
“Bueno, obviamente no ha sido un jueves ideal en Mónaco. Perderse toda la primera sesión de entrenamientos no es la manera en la que quieres empezar el GP de Mónaco, pero los mecánicos han hecho un gran esfuerzo para cambiar la batería y meterme en pista al final de la sesión, solo para hacer una vuelta y ver como iba”, explica Sainz ante la frustración vivida por la mañana.
Pero por la tarde han cambiado las cosas y ha estado muy ocupado conduciendo su MCL34: “Los segundos libres han ido claramente mejor, pero estoy 30 o 40 vueltas por debajo de mis rivales y hay cosas del coche que hay que mejorar. Es importante es mejorando la velocidad poco a poco, así que debemos ser inteligentes a la hora de recuperar el tiempo perdido. La clasificación es lo que realmente importa y hay margen para mejorar.”
Mañana no le veremos en la pista ya que no será hasta el sábado, cuando se disputen los últimos entrenamientos libres y la vital clasificación en una carrera como la del Principado.
